La reducción de la jornada laboral para todos los trabajadores en el país, pasando de 48 a 40 horas semanales, puede convertirse en el último gran tema a discutir en el Congreso de la Unión antes de las elecciones del 2024, lo que ha generado un gran debate entre empresas y empleados.
Si bien la conversación se ha llevado a cabo a lo largo de todo este año, fue en semanas pasadas cuando representantes de la iniciativa privada alzaron la voz de manera uniforme para externar su rechazo o escepticismo ante está reforma, buscando al menos aplazar su dictaminación en el congreso federal.
Tal es el caso de la Confederación Patronal de la República Mexicana, organizamo que aglutina a los titulares de las empresas en el país, que solicitó un aplazamiento de su discusión al menos hasta el próximo año para poder trabajar el tema con más calma, según lo refirió su presidente en Querétaro Jorge Camacho Ortega.
De acuerdo con la COPARMEX, la principal dificultad para aplicar esta medida pasa por las posibles afectaciones que pueden surgir en empresas del sector servicios o retail, ya que se verían obligadas a incrementar sus plantillas laborales para cubrir un día más de descanso.
«Nosotros hemos estado a favor de distintas medidas que ayuden a los colaboradores a tener más tiempo con sus familias y a qué tengan un salario digno, es por eso que está reforma debe discutirse totalmente a detalle», recalcó.
De acuerdo con el INEGI, al menos el 44% de los trabajadores en México son formales, siendo el sector de comercio y servicios los que más han crecido en contrataciones desde el 2022.
Sobre la posible reducción de las horas laborales, el presidente de la Confederación de Cámaras de Comercio, Héctor Tejada, señaló que buscarán participar y exponer sus inquietudes en un parlamento abierto convocado por los legisladores sobre este tema.
«Nosotros participaremos en todos los foros de gobierno abierto que el congreso proponga, estamos dispuestos a presentar nuestros motivos y que esto ayude a todo el sector laboral», enfatizó.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio de Querétaro, Fabián Camacho Arredondo, aseguró que los comerciantes no rechazan la reducción de horas laborales, pero esperan más tiempo para analizarla y poder sumarla al paquete de reformas que buscan un mayor bienestar de los trabajadores.
«Creemos que actualmente, con las condiciones actuales, no es posible realizar está reforma, lo único que queremos es que exista tiempo para una discusión a profundidad del tema», detalló.
Otro sector que concentra un gran número de trabajadores formales es el industrial, pues a inicios de este año contraban con plantillas laborales que superaban los 9.5 millones de empleados y con un crecimiento sostenido del 1.6% anual.
Sin embargo, el INEGI registró que los trabajadores de este sector también han experimentado un incremento en sus horas de trabajo en un 1.2% al año, contrario a lo propuesto por está reforma.
La presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, Esperanza Ortega Azar, enfatizó que las empresas no están preparadas para reducir su jornada laboral, debido a que esto puede implicar un encarecimiento de sus costos de producción.
«Nosotros en este momento no contamos con la capacidad de presentar está reforma y que se aplique, eso podría generar encarecimientos, sí, al menos de un 20% en nuestros costos de producción», advirtió.
Mientras la discusión, votación y dictaminación de esta iniciativa se discute, la realidad es que existe una fuerte tendencia a nivel internacional para velar por mejores condiciones laborales, algo que urge en México, pues de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, la diferencia entre horas trabajadas e ingresos para los mexicanos llega a ser de hasta un 70%.
Alan García
