La Revista americana de obstetricia y ginecología, hizo un estudio, el cual expuso que el 75% de los casos de preeclampsia es leve; sin embargo, puede convertirse em un caso grave, si no se trata a tiempo.
La preeclampsia afecta la placenta, los riñones, el hígado, el cerebro y otros órganos y sistemas sanguíneos de la mujer embarazada.
Esta enfermedad puede hacer que la placenta se separe del útero (llamado desprendimiento de la placenta), y provocar un parto prematuro o la pérdida del embarazo.
En algunos casos, la preeclampsia puede provocar la falla de un órgano o un accidente cerebrovascular.
Preeclampsia y la alimentación
Rambam Health Care, Campus en el área de la investigación, realizó un estudio entre casi 600 mujeres tres meses antes de quedar embarazadas y posteriormente siguieron los resultados del embarazo, incluido el desarrollo de preeclampsia.
El estudio busca mostrar la importancia de la alimentación y los hábitos de vida de las mujeres que pueden influir en el desarrollo de la enfermedad.
La institución de origen israelí detalló que la investigación se realizó entre 2019 y 2021, en colaboración con la Facultad de Medicina Rappaport en el Instituto de Tecnología Technion-Israel en Haifa.
El estudio mostró que el consumo de frijol y garbanzo durante el embarazo, podrían reducir en 49% el riesgo de preeclampsia.
De acuerdo a Ido Solt, integrante de la investigación y director de la unidad de medicina materno-fetal del Rambam, “las mujeres con sobrepeso incrementaban sus posibilidades de desarrollar preeclampsia en un 24 por ciento; mientras que, entre las mujeres con obesidad, es decir, con un índice de masa corporal superior a 30, las posibilidades de desarrollar la enfermedad aumentaron en un 95 por ciento”.
Solt indicó que el estudio también reveló que la posibilidad de desarrollar preeclampsia disminuyó “en un 98 por ciento en mujeres embarazadas que consumían alimentos naturales y no procesados”.
También se mostró que las mujeres que viven en zonas rurales tienen 4.3 veces más posibilidades de desarrollar preeclampsia, en comparación con las mujeres que viven en áreas urbanas.
Se sugiere que en el medio rural, las mujeres embarazadas tienen menos acceso al seguimiento y tratamiento, además de que no son diagnosticadas a tiempo.
“El control de plagas de los cultivos agrícolas en las zonas rurales también puede contribuir a la contaminación ambiental, lo que provoca el desarrollo de la preeclampsia entre estas mujeres”, añadió Solt.
En cuanto al uso de bloqueador solar, según el estudio, demostró ser un importante predictor.
Ante este descubrimiento la doctora e investigadora del Rambam, comenta que “aunque generalmente se recomienda usar protector solar para reducir el riesgo de cáncer de piel, las mujeres embarazadas que usan protector solar constantemente aumentan su riesgo de desarrollar preeclampsia en un 77 por ciento».
«Este suceso, probablemente esté relacionado con el hecho de que, con el uso más generalizado de protector solar, bloqueamos la producción de vitamina D en la piel y la falta de esta vitamina está relacionada con el desarrollo de la preeclampsia”.
La directora recomendó a las mujeres que están planeando embarazarse se hagan un análisis de sangre para determinar la cantidad de sus reservas de vitamina D, “además de tomar un suplemento nutricional que contenga la vitamina, que tiene muchas ventajas para el normal desarrollo del embarazo y del feto”.
En las mujeres que consumieron complementos de vitamina D y ácido fólico (vitamina B-12) durante el embarazo, las probabilidades de desarrollar preclamsia disminuyeron entre un 48 por ciento y un 51 por ciento, concluyó el estudio.
Con información de Milenio.