El presidente estadounidense Donald Trump inaugurará en Florida un megacentro de detención en medio de los pantanos en el vasto humedal Everglades, bautizado como el Alcatraz de los caimanes.
Trump y la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, viajan a Florida hoy para inaugurar el nuevo centro, como si se tratara de una cárcel de máxima seguridad asegurando que están obrando contra peligrosos inmigrantes criminales que dañan a Estados Unidos.
La instalación está en el corazón de los Everglades y será informalmente llamado Alligator Alcatraz, explicó la vocera de la Casa Blanca, Katherine Leavitt.
Meta de deportaciones
Donald Trump ha prometido que deportará un millón de personas con residencia irregular este año, pero hasta ahora las redadas no registran la cifra suficiente ni para conseguir la mitad de esa meta.
La mayoría de los migrantes en proceso de ser deportados no tienen historial de violaciones a la ley a pesar de la repetida acusación del mandatario de que sólo se están enfocando en expulsar a los criminales.
En tanto, las encuestas registran que hay un creciente descontento público –compartido por demócratas y republicanos– ante los arrestos de gente trabajadora que forma parte del tejido social de las comunidades.
En los campos, 70 por ciento de los trabajadores se han ido, comentó a Reuters Lisa Tate, una granjera de sexta generación en el condado de Ventura en California. Si siete de cada 10 trabajadores no se presenta, 70 por ciento de tu cultivo no se cosecha y puede perderse en un solo día.
La mayoría de estadunidenses no quieren hacer este trabajo. Muchos de los granjeros apenas cubren sus gastos. Temo que esto ha creado un punto de inflexión en el que una cantidad considerable de granjeros quedará en la ruina.
Nick Billman, dueño de Red River Farms, en Donna, Texas, declaró a The New York Times: Ahora mismo no tengo trabajadores. Él está analizando si vale la pena sembrar, dado que no tiene a nadie para mantener su cultivo ni cosecharlo.
En Florida, medios locales reportan parcelas vacías o sembradíos abandonados porque los obreros temen las redadas en sus propios lugares de trabajo.
En una entrevista de televisión, Trump declaró el domingo: estamos trabajando en una solución para los granjeros, pero no ofreció detalles y repitió lo que ha prometido antes, siempre de manera ambigua.
