La élite política y económica reunida en el Foro Económico Mundial (WEF) eleva la presión a los inversionistas, solicitan un esfuerzo por garantizar que sus decisiones en materia de carteras ayuden a combatir el cambio climático.
El objetivo busca alcanzar el Acuerdo de Paris del 2015, cuyo fin es reducir el impacto al planeta por debajo de 2 grados centígrados, hacia una meta de 1.5 grados.
A la reunión asisten diversas aseguradoras y fondos de pensiones, sostienen que sus inversiones pasan por un nuevo “registro de la temperatura”, es decir una contribución a la lucha por detener el cambio climático.
Sin embargo, los especialistas detallaron que es posible trasladar los capitales de inversión de los sectores contaminantes hacia las empresas verdes, ahí se generarán mayores beneficios.
Hasta ahora el “registro de la temperatura” en las inversiones únicamente ha sido adoptada por pocas instituciones financieras en el mundo.
Esto refleja la preocupación de las inversiones en el riesgo climático que enfrenta el mundo, es una actual y enorme tendencia financiera.
Entre los países que ha invertido más en materia verde, a la cabeza se sitúa Francia con 18 empresas tal como la aseguradora AXXA y Scor.
Es hora de que las empresas dejen de obsesionarse con el aumento de ingresos, ahora es importante tomarle la temperatura a los proyectos de inversión.
Ingresos sin contaminación
Hasta ahora los inversionistas buscan un sistema más simple, debido que al reducir la emisión de contaminantes sus ingresos son menores.
La medición del impacto de la temperatura en una cartera de activos requiere de cálculos más complejos, al intentar contribuir al mundo en un largo plazo.
El objetivo central de esto es que para el año 2050 las empresas alcancen un nivel de cero emisiones, así los científicos estiman que el aumento de la temperatura global se limite a 1.5 grados centígrados.
El desafío se hace todavía más difícil cuando los inversores piensan más allá de las acciones y los bonos corporativos y toman en consideración los bienes raíces y las infraestructuras, donde la transparencia en torno a las emisiones es menor, o la deuda soberana, donde los inversores tienen menos margen de compromiso con los prestatarios.
En la siguiente galería podrás observar imágenes del Foro Económico Mundial 2020.
Excélsior.
