sábado, abril 27, 2024
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El cuaderno que le salvó la vida; testimonio de Antonio Fonseca

Antonio Fonseca estudiaba en la Preparatoria 9 de la UNAM, pero como estaba en huelga, tomaba pequeños empleos.

El cuaderno de uno de sus trabajos temporales lo identificó como trabajador, y el 2 de octubre de 1968 fue su pase para salir de la Plaza de las Tres Culturas.

Yo estuve aquí en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre del 68. Trabajé por la mañana, yo estaba en la Prepa 9, estaba en huelga, entonces mi papá, que trabajaba en Pemex, me conseguía empleo, yo cubría vacaciones.

Salía a las 3 de la tarde del hospital de Pemex en Tezozómoc, pero yo me salí del hospital a las 5 y media y me vine para acá”, relató Fonseca.

El Ejército, recordó, ya estaba en Insurgentes, por lo que el transporte público debió dar un rodeo, y cuando llego a la plaza ya estaba llena, con los oradores en el tercer piso.

El orador que estaba hablando, creo que era el tercero, era Eduardo Valle, le decían El Búho, y Florencio López Osuna era el maestro de ceremonias, frecuentemente interrumpía al orador para informar que el Ejército se venía desplazando a este lugar y que conserváramos la calma, que esperábamos que no hubiera ningún problema.

Si el Ejército nos pedía que desalojáramos la plaza, la desalojáramos de manera pacífica, eso ocurría varias veces, aquí había dos helicópteros”, explicó.

Cuando informaron que el Ejército había llegado a la plaza, los manifestantes giraron hacia el oriente, por donde se suponía que entrarían los soldados. Primero lanzaron una porra al Politécnico, después un Goya, y al terminar la arenga un helicóptero lanzó tres bengalas.

Yo las vi como si cayeran a un lado de la iglesia, y entonces a la tercera bengala se inicia una balacera de repetición, no son balazos aislados, sino que van incrementándose”, dijo Fonseca.

Se insistía que las balas eran de salva, otros decían que no, había mucha confusión, cuando dijeron que había que tirarse al suelo yo no lo hice, yo me moví a las astas, en un momento dado tuve que caminar encima de muchas gentes”.

Fonseca comentó que él sólo se fue caminando a un lado de los camiones de la Policía y del Ejército, dentro de la unidad Tlatelolco, donde vivía. “Traía un cuadernito que era la guía para la mecanografía, y así: ‘pues yo vengo de mi trabajo y voy a mi casa’, y cuando llego a la esquina del ahora Eje Central quedo en medio de un grupo de unos 20 soldados con bayonetas, y lo que hago es levantar las manos y ellos lo que hacen es hacerme a un lado con las bayonetas, como si fuera yo un objeto.

Llegué a mi edificio y la balacera continuaba y parecía que del helicóptero también disparaban y yo tuve la suerte de salir rápidamente ese día”, relató.

Fuente: Excélsior

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