sábado, abril 27, 2024
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‘Desobediencia’ apuesta por la libertad

Con una historia en la que una mujer residente de Nue­va York, dedicada a la fotogra­fía, decide regresar al seno de su ortodoxa familia judía en Londres y confrontar su pa­sado con su presente, es así como la actriz Rachel Weisz toma una vez más en su carre­ra el papel de productora y se aventura con Desobediencia.

La cinta, que llega a las pantallas nacionales este fin de semana, más allá de mos­trar las relaciones interperso­nales entre familiares, amigos y amores, destaca la constan­te lucha que mantienen los seres humanos para ser libres de decidir ser lo que cada uno quiera ser.

“La libertad de ser quien cada quien quiera ser me parece un tema, además de lindo, muy importante.

“Hay sitios en el mundo don­de las personas gozan de mu­cha libertad y hay otros donde no, debería ser algo universal para todos los seres humanos. Como dije, hay lugares donde hay libertad de elegir lo que queremos ser, la forma de vi­vir nuestra vida… muchos te­nemos esa oportunidad, ese lujo, pero hay muchas socie­dades donde no, y ser libre se ha convertido en un reto.

“Películas como ésta (Desobediencia) son inte­resantes y hasta necesarias de exhibir porque, aunque el conflicto que expone la cin­ta es un grupo específico de personas, es una situación que sucede a mayor escala en todo el mundo, que puede ser vista desde diferente ángulos y que sin duda muestra esa lucha pasional por la libertad de ser quienes queremos ser a través de Ronit”, explicó a Ex­célsior Weisz, en entrevista desde Nueva York.

La ganadora de un premio Oscar y un Globo de Oro eli­gió Desobediencia como el proyecto que la regresaría a la producción —área donde se había desarrollado con cintas como Por amor al arte Radiator—, ya que fue el libro de Naomi Alderman, que lleva el mismo nombre, el que la conquistó y la animó a tomar, una vez más, el reto de producir.

“Es maravilloso ser actriz y recibir guiones muy lindos para leer y en los cuales pue­do participar como actriz que voy, hago mi trabajo y vuelvo a casa. Pero con esta cinta fue una experiencia completa­mente diferente porque tuve que aprender a trabajar con el guionista y desarrollar el pro­yecto para poder hacer que la cinta pudiera llegar a buen término.

“Fue una experiencia muy interesante y educativa ya que aprendí cosas nuevas, tam­bién los demás productores, Ed Guiney y Frida Torresblan­co, me ayudaron mucho, fue un trabajo en equipo”, señaló la protagonista.

Weisz, bajo la dirección del cineasta chileno Sebastián Lelio, da vida a Ronit Krushka, una fotógrafa asentada en Nueva York que tras la muer­te de su padre, rabino, regresa a su casa y comienza la con­troversia cuando se despierta de nueva cuenta el interés que sentía de niña por una de sus amigas que ahora está casada.

“Leí el libro y la historia realmente me pareció fasci­nante, así que hablé con uno de los productores y fue él el que dijo que la dirección de la cinta y el guión debería estar a cargo de Sebastián Lelio y fue así como lo fuimos desa­rrollando. Trabajar con él es verdaderamente algo mara­villoso, él es el director y eli­gió todo: las demás actrices, el fotógrafo, los directores de arte… al final es su película, lo que sí es que hubo mucha co­laboración entre todos para que el proyecto pudiera salir”, comentó la actriz.

Para Weisz, trabajar con Lelio fue un placer ya que el ganador del Oscar por Una mujer fantástica, además de aceptar por primera vez un proyecto que no es suyo en origen y tampoco es en espa­ñol, sabía exactamente que era lo que se necesitaba ha­cer para lograr el impacto que buscaban en Desobediencia.

Así Lelio reunió a Weisz con Rachel McAdams (Esti Kuperman, el objeto del de­seo de Ronit) y a Alessandro Nivola (Dovid Kuperman) para consolidar el triángulo amoroso en el que se ven in­mersos sus personajes y que, en algún punto, desemboca en una de las escenas de sexo lésbico más comentadas des­de el estreno de la cinta en el Festival Internacional de Cine de Toronto en septiembre pasado.

“Trabajar con Rachel (McAdams) fue absoluta­mente fantástico, es una chi­ca adorable, muy inteligente, fuerte, pasional, es una mujer increíble y una actriz excelen­te. La escena de sexo que te­nemos en la cinta no sólo se trata del sexo sino del amor, la libertad y la espiritualidad.

“Sebastián realizó todo el story board de la secuencia con los gestos, los movimien­tos y todo lo que debíamos hacer, no hubo improvisa­ción, hicimos cada uno de los pasos que debíamos, como si fuera una coreografía. Nunca antes había hecho algo así en cintas en las que las parejas eran entre un actor y yo, nun­ca había sido algo así de pro­fundo”, concluyó.

 

Fuente: Excélsior

Foto: Especial

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