Horas de dolor y desesperación vive la familia Olguín Hernández, luego de que el pasado 24 de abril desapareciera Arlet Samanta, una joven madre de 22 años de edad en la colonia Jardines de Morelos, en el municipio de Ecatepec, después de llevar a su hijo de cinco años al kínder. María Guadalupe Hernández López, mamá de Arlet explicó que su hija salió como todos los días a llevar a su hijo de cinco años al kínder y fue vista por su hermano en el puesto de tamales de la esquina de su casa. Sin embargo, a una de la tarde, le hablaron del jardín de niños para informarle que nadie se había presentado a recoger a su nieto, por lo que extrañada fue por el menor y al llegar a la casa de su hija, en la calle Playa Tijuana, encontró a sus otros dos nietos de tres y un año de edad comiendo un pedazo de tamal, sin que estuviera Arlet.
Incluso, en el piso de la entrada de la casa que rentaba encontraron una bolsa de ropa sucia de la joven. “En la parte de abajo había una bolsa de ropa sucia; ella habitualmente, cuando se le juntaba la ropa sucia, iba a la casa a lavar… Le empezamos a marcar, y nada; por eso fui a levantar la denuncia”. Al no encontrarla, decidieron presentar una denuncia, pero ahí empezó su segunda pesadilla, pues por papeleo no pudieron rastrear el teléfono de su hija, pese a que todavía lo tenían ubicado, aún dentro de Ecatepec. “Rastrean el teléfono de mi hija y aparece su ubicación todavía, subo al MP para hacer mi denuncia… Cuando salí, el comandante me dice que necesita la carpeta de odisea, el formato para poder empezar las investigaciones”, explicó.
Ante el papeleo que ha tenido que enfrentar, María Guadalupe ha hecho su propia investigación que la llevó a un joven que semanas antes de desaparecer Arlet, le había solicitado por redes sociales ser aceptado como amigo. “Me dijo: ‘me mandaron una solicitud de Facebook, dice que iba conmigo en la secundaria, pero no me acuerdo de él’; me intrigó que sabía cómo se llaman los niños”. Los vecinos, incluso, lo reconocen como quien iba a ver a la joven que tenía un negocio de poner uñas en la parte baja de su mismo domicilio.
“Los vecinos me comentan que venía a verla una camioneta negra; el día que ella desapareció se acercó una jovencita a decirme que la había visto, aproximadamente a las 12 del día, subirse a una camioneta tipo lobo con vidrios polarizados, pero no supo si se subió por su propio pie o si la subieron a la fuerza”, añadió. Lupita ha contactado a este joven identificado como Daniel, quien se había comprometido a presentarse ante las autoridades ministeriales para deslindar responsabilidad, pero no lo hizo.
Fuente: Excelsior
