El 5 de agosto de 2024, el peso mexicano y los mercados bursátiles internacionales amanecieron en números rojos debido a una combinación de factores económicos adversos. Desde el viernes 2 de agosto, el peso ha experimentado una caída significativa que refleja una crisis más amplia en los mercados globales.
En los últimos dos días, los principales índices bursátiles han sufrido fuertes pérdidas: el Dow Jones descendió casi un 3 por ciento, el S&P 500 cayó un 3.8 por ciento y el Nasdaq se hundió un 5.5 por ciento.
Esta tendencia negativa sigue a una serie de eventos que incluyen datos económicos decepcionantes, informes de ganancias corporativas por debajo de las expectativas y una mala temporada estacional.
El temor a una recesión en Estados Unidos, que parecía haber disminuido tras la crisis del COVID-19, ha resurgido. El peso mexicano se depreció más de un 2 por ciento frente al dólar este lunes, alcanzando niveles no vistos desde enero de 2023.
Debilitamiento económico
El desencadenante principal fue el informe de empleo de julio en Estados Unidos, que reveló la creación de solo 114,000 nuevos empleos, muy por debajo de las expectativas. Este dato ha avivado temores de un freno en la economía estadounidense para la segunda mitad del año.
La expectativa es que este debilitamiento económico en EE.UU. podría llevar a una reducción en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal, lo que fortalecería a otras monedas frente al dólar.
Sin embargo, para México, una economía estadounidense débil podría significar una caída en las exportaciones y una desaceleración en el crecimiento económico, afectando negativamente al peso.
Información de la mano con El Financiero
