Ver a una multitud de mosquitos, polillas y moscas que pululando por este baño es, probablemente, la peor pesadilla para cualquier persona que se muestre aprensiva con los insectos voladores.
Los hechos sucedieron en mayo de 2017. Entonces, Rasmus Borch, de Kirke Hyllinge, Dinamarca, abrió la puerta de su baño para encontrarse con tal cantidad de criaturas voladoras que eran imposible de contabilizar.
Al parecer, Borch se había dejado la luz encendida y una ventana abierta, lo que hizo que los insectos fuesen entrando poco a poco hasta invadir el baño.
Con la mente fría, Rasmus se limitó a apagar la luz y esperar a que la habitación se vaciara para, después, volver a entrar, aspirar el resto y cerrar la ventana para que no volviera a suceder.
Excélsior
