Segundo partido de pretemporada del Barcelona y segunda victoria culé. Los de Ronald Koeman se impusieron 3-1 al Girona, que aspira de nuevo a subir a Primera y que aún no está muy rodado, en un partido cómodo para los azulgranas que deja varias conclusiones y una gran certeza: ¡Lionel Messi ha vuelto!
Koeman apostó por un once que bien podría pasar por una alineación oficial, salvo por la presencia del joven Ronald Araujo en el eje de la zaga, que hizo jugar a Gerard Piqué de ¡central zurdo! El Barça aún está en construcción, pero el bloque ya va asimilando el 4-2-3-1 del técnico holandés. Uno de los alicientes del planteamiento fue ver la doble contención formada por Sergio Busquets y Frenkie de Jong y a un Messi libre que jugó de mediapunta, de falso 9.
El preparador colocó a Trincao en la derecha, a pierna cambiada, a Philippe Coutinho en la izquierda y a Antoine Griezmann de delantero. Los cuatro atacantes conectaron bien. El juego fluyó entre ellos y volvieron locos a los centrales y medios del Girona con su velocidad, cambios de ritmo y posición.
Precisamente, fruto de la buena asociación entre la línea ofensiva llegó el primer gol azulgrana. Trincao volvió a pedir minutos a gritos. Él y Araujo mostraron que el proyecto puede contar con los jóvenes. Suya fue la asistencia de gol, tras intervención de Messi, a Coutinho en el tanto.
El argentino iba y venía, acechaba, avisaba, asistía. Y buscaba el gol. Juan Carlos tuvo que volar para desviar una falta que iba por toda la escuadra solo unos instantes antes de que, justo antes del descanso, marcara un golazo con la derecha. Sí, con la derecha. Lanzó un potente y ajustado disparo, con efecto y con ayuda de Kebe, que tocó el palo derecho de la meta del Girona y luego fue directo a las redes.
Koeman no movió el equipo tras el descanso. Sí lo hizo Francisco, también defensor del 4-2-3-1 y que jugó sin su gran goleador, Stuani, por lesión. Los cambios funcionaron. A los 38 segundos de la reanudación, Samu Sáiz, el Girona aprovechó bien una pérdida de De Jong, superó a Neto. Pero Messi seguía por ahí. Y cuando el argentino está sobre el césped no da tiempo ni a celebrar un tanto. Da igual que se trate de un amistoso. Apenas cinco minutos después de la diana de los de Montilivi, gracias a un disparo lejano del capitán que tocó un futbolista rival, el Barça amplió el marcador.
Koeman dio entrada al segundo bloque pasado el minuto 60. Era momento de los teóricos suplentes. Y una vez más, como ya hizo contra el Nàstic, volvió a brillar Pedri. Suárez, que relevó a Juan Carlos bajo palos, se tuvo que lucir en diferentes ocasiones. Su electricidad, su velocidad, disparo y capacidad de asociación le volvió loco.
El Barça dominó durante todo el partido a un Girona que también está en proceso de construcción y que apostó por gente joven, como Kebe o Turmo. Los de Francisco poco pudieron hacer con la superioridad culé aunque dejaron buenas sensaciones gracias, entre otros aspectos, a la buena conexión entre Mojica y Jairo, la velocidad de Valery, las ganas de Turmo y el mando de Bernardo. Pero el Barça fue y es mejor, y, sobre todo, tiene a Messi.
Fuente: Marca Claro
Foto: Especial
