Con una participación de 84 internos intérpretes de música popular, balada y rock, así como 24 grupos musicales integrados por personas privadas de su libertad, de los nueve penales de la Ciudad de México, se efectuó en menos de una semana una selección de seis participantes y cinco bandas para la sexta final del certamen musical La Voz Penitenciaria, llevada a cabo ayer en el Reclusorio Oriente.
Este concurso, que trata de ser un símil de los televisivos La Voz México o Cantando por un Sueño, se realizó en el auditorio de este penal y contó con un jurado de músicos así como maestros en la materia como Natalia Gómez y Javier Guerrero Gómez.
En la categoría grupal fue una “fusión” de dos grupos del mismo Reclusorio Oriente que se denominó Los Fabulosos Calavera, que tiene integrantes acusados de abuso y corrupción de menores, así como robo.
La elección de los participantes inició el lunes de la semana pasada en la zona sur, el martes fue la zona oriente, para el miércoles en la zona norte y el jueves el penal varonil de Santa Martha Acatitla.
Los tres primeros lugares recibieron una medalla y un reconocimiento en madera. Para los dos mejores, la próxima semana habrá una capacitación para grabar un video con una de sus interpretaciones. Éste será enviado al certamen nacional, organizado por la Secretaría de Gobernación y el órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social junto con la Comisión Nacional de Seguridad y el Instituto Nacional de Bellas Artes, antes del 27 de julio, día que finaliza la convocatoria.
En la categoría de solista el primer lugar se llevará 22 mil pesos, el segundo, 18 mil y el tercero 15 mil; mientras que a nivel grupal los montos serán de 35 mil para el primer lugar, 25 mil para el segundo y 20 mil para el tercero.
QUIERE SER UNA VOZ MARAVILLOSA
Tiene nombre de cantante, y lo presume: Raymundo Reyna. Su sueño tras las rejas es llegar a ser un tenor como Rolando Villazón o José Carreras e interpretar Granada de Agustín Lara en el Palacio de Bellas Artes, la misma canción que ayer lo hizo ganar el primer lugar por segundo año consecutivo del certamen musical La Voz Penitenciaria en un sombrío auditorio del Reclusorio Oriente.
Reyna como lo llaman otros internos y directivos de este penal, lleva ocho años privado de su libertad purgando una condena por secuestro, aunque a simple vista parece ejecutivo o cantante versátil, no un secuestrador.
El encierro lo ha llevado a concentrarse todo el día en la música y, seguro de sí, comenta que va a trascender cuando alcance la libertad, que falta poco y espera que con “estos puntos” por participar puedan promover su beneficio de libertad condicional.
El profesor que descubrió el tono de voz que tiene este interno fue discípulo de Enrique Jaso Mendoza, pedagogo mexicano especializado en opera.
Al cuestiónarlo sobre porqué eligió la canción de Granada, dijo que era un reto y una inspiración al escuchar las interpretaciones de los tenores Mario Lanza y Alfredo Kraus.
Ahora, asegura, experimenta un cambio, era abogado y comerciante, su meta es ser tenor de ópera.
Alberto López conecta en segundos con su audiencia con los primeros acordes de ska que encienden a los que están sentados.
Los cuellos giran, se tocan baterías en el aire y varios cantan en playback al escuchar el popurrí de Los Fabulosos Cadillacs que interpretan los Fabulosos Calavera, agrupación que se llevó el primer lugar en la categoría de grupo, en la Voz Penitenciaria.
Este grupo es una fusión de delitos y gustos musicales: unos son integrantes de Stigma, banda que tiene un palomazo de hora y media con el líder vocal del TRI, Alex Lora, otros, de la agrupación de salsa Los Lobos.
A muchos nos gustan los Fabulosos Cadillacs y cuando hicimos la primera fusión fue que decidimos que se llamara Fabulosos Clavera”, recuerda López, quien está privado de su libertad por robo.
Alberto dice que ellos quieren llegar a un recital donde ellos sean los principales. Al final, en lo que podría ser el backstage se despiden con otro ska para el alma, Amargo adiós de Inspector.
UN ARTISTA CON VERSATILIDAD
Comienza el bullicio en el auditorio del Reclusorio Oriente, donde todos visten de color caqui, excepto directivos, empleados, jueces musicales e invitados. David San Juan Olvera es el cuarto participante solista de la Voz Penitenciaria con la canción melosa de Gloria Stefan Con los años que me quedan.
En la primera estrofa, este hombre de lentes con elevada graduación y la piel pálida logra cautivar a todos, su tono busca llegar al de la cantante de Miami Sound Machine.
San Juan Olvera, es un músico versátil, pues tocando el teclado, la guitarra o con su voz, participó dos veces más: con la orquesta de salsa Lobosy el grupo de ska Los Fabulosos Calaveras.
En la premiación individual, se lleva sólo un reconocimiento especial, pero logra el primer lugar con el ska y el segundo con la salsa.
Orgulloso, muestra sus medallas sobre el pecho y explica que desde niño sintió el llamado de la música, que lo llevó hasta el Instituto Nacional de Bellas Artes y la Escuela Nacional de Música.
Su sentido del humor y espontaneidad se pierden un poco al saber el delito que lo privó de la libertad. Pero David afirma que su música “como me trajo aquí, me llevará a otras fronteras”.
Fuente: Excélsior
