Andrew Buckley, conocido como el «chico del moca», ha dado un giro inesperado en su rutina diaria al renunciar a su hábito de Starbucks. Después de décadas como cliente leal, el último aumento de precios lo llevó a poner fin a su relación con la cadena, al ver cómo el costo de su bebida favorita superaba los US$6.
Para Buckley, el aumento de precios no fue solo una cuestión económica, sino la gota que colmó el vaso de su frustración por la inflación en general. Su decisión refleja un fenómeno más amplio que Starbucks enfrenta: una creciente resistencia de los clientes, cansados de los incrementos de precios y otras controversias.
Los ingresos de la compañía han sufrido una caída significativa, con una disminución en las ventas tanto a nivel nacional como internacional. Incluso los miembros del programa de recompensas, que solían ser los más leales, están abandonando la marca en números alarmantes.
Clientes como David White han reducido drásticamente sus compras en Starbucks, impactados por los aumentos de precios y las decisiones de la empresa, como la represión contra los trabajadores que buscan sindicalizarse.
Para Buckley y otros clientes, los problemas de precios se ven agravados por las controversias políticas que rodean a la empresa, dejando un sabor amargo en su experiencia como consumidores.
A pesar de los esfuerzos de Starbucks por revitalizar su negocio con nuevos productos y promociones, la empresa reconoce que enfrenta desafíos significativos y que la recuperación llevará tiempo.
En resumen, la renuncia de clientes como Buckley refleja una preocupación más profunda sobre la dirección y la imagen de Starbucks, lo que plantea desafíos significativos para la empresa en el futuro cercano.
Información de la mano con BCC
