Este martes, Luis Gilberto Murillo tomó posesión como ministro en propiedad de Relaciones Exteriores, después de desempeñarse como encargado desde febrero tras la suspensión de Álvaro Leyva por la Procuraduría.
La ceremonia se llevó a cabo en la Casa de Nariño, donde el presidente Gustavo Petro, acompañado por la directora del Dapre, Laura Sarabia, oficializó a Murillo en el cargo de canciller, encomendándole la tarea de dirigir una política exterior progresista y respetuosa de los Derechos Humanos.
«En un mundo lleno de tensiones, violencia e incertidumbre, Colombia está avanzando. Lo felicito y queda en sus manos, unas buenas manos y una buena bandera para seguir levantando en el mundo”, declaró el presidente Petro durante el acto.
Tras su posesión, Murillo expresó su compromiso de implementar una política exterior «que defienda la paz en todas sus expresiones, que promueva la vida y la democracia, y que entienda los desafíos de la crisis climática y la migración.»
Murillo asumió la cancillería como encargado después de que la Procuraduría suspendiera a Álvaro Leyva por presuntas irregularidades en la licitación de pasaportes. Pese a su nuevo rol, continuó ejerciendo como Embajador de Colombia en Estados Unidos. En su lugar, llegará el profesor e historiador Daniel García-Peña Jaramillo, ex Alto Comisionado de Paz en el gobierno de Ernesto Samper y funcionario durante la alcaldía de Petro en Bogotá. García-Peña rompe con la tradición de que el viceministro debe ser un diplomático de carrera.
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