El aumento de migración de Centro y Sudamérica, han llevado a la saturación de los dos albergues de migrantes en el municipio de Tapachula, Chiapas.
La fundadora del albergue Jesús el Buen Pastor, Olga Sánchez nunca se imaginó que el refugio que pensó para un máximo de 800 personas, fuera colapsado con la llegada de miles de personas de distintas naciones que buscan un techo y comida para seguir su paso a Estados Unidos.
Herbert Bermúdez, administrador del albergue “Jesús El Buen Pastor”, declaró que el incrementó en el éxodo migrante, les ha afectado pues no pueden refugiar a quine busca un espacio.
“Si está rebasado porque ya tenemos gente durmiendo en los pasillos en el comedor en la capilla, porque la verdad de las cosas es mejor un techito seguro para que no se mojen o se quedan durmiendo en la calle”.
Aquí la población migrante es de Honduras, El Salvador, Guatemala y Venezuela, algunos de China o la India.
Entrar a este albergue, es mirar el ir y venir de mujeres y hombres que lavan y limpian su lugar para dormir, mientras los niños se divierten sin saber cuál es su situación en México.
“A las 6 de la mañana, ya está la fila de niños esperando que se les de su platito de leche con avena y como dicen unos a las 6 de la mañana, ya están ellos porqué quiero ser el primero, y eso llama alegría de ver a esos niños felices, ni siquiera conocen la situación en la cual ellos andan por estos rumbos”, aseguró Herbert Bermúdez.
La sobresaturación los obliga a dormir en los pasillos, a otros apuntarse en una lista de espera, mientras duermen en la calle.
“La mayoría de personas, son familia y cada familia que viene, viene la pareja con cuatro o cinco niños, o mamás solteras con dos, tres niños y aproximadamente ahorita, yo creo que hay fácilmente unos 400 niños acá en el albergue”.
Pequeños que se asombraron con el equipo de Grupo Imagen a quienes les permitieron hacerles algunas tomas, pequeños que tienen aún el asombro y la sonrisa a flor de piel, pequeñas miradas que vigilaban nuestros pasos dentro de este albergue.
Otros menos tímidos, te regalaban un abrazo espontáneo sin conocernos, abrazos que se daban con el corazón, pero que dejaban un sentimiento de impotencia, coraje y tristeza de saber que les esperaba un largo camino de hambre, sed, maltrato y sufrimiento.
El alimento, jabón y lo que se les da dentro de este albergue, se consigue a través de donaciones de particulares. La Secretaría de Seguridad del estado, ha puesto su granito de arena.
“La que si hace poco nos mandó un apoyo alimenticio bastante, bastantito porqué para nosotros es bastante tener comida para nuestra gente, verdad. Fue la policía estatal, la policía vino, de repente paró un camión ahí y nos brindó este apoyo alimenticio para la población migrante”.
El constante ir y venir de migrantes de las diversas nacionalidades dentro de este albergue, ha llevado a que la secretaría de Salud del estado en coordinación con diversas universidades que tienen la carrera de medicina, colaboren en detección de infecciones o enfermedades contagiosas entre la población migrante.