La mañana de ayer, los Jets de Nueva York le comunicaron a la National Football League (NFL), y al resto del mundo, que decidieron abrir la ventana de prácticas de Aaron Rodgers, su quarterback franquicia. Con la medida tomada por la organización de la gran manzana, se abrió la posibilidad para que Rodgers pueda volver al campo en 21 días o menos, consumando una recuperación casi milagrosa si tomamos en cuenta que se rompió el tendón de Aquiles durante el primer partido de la temporada (11 de septiembre).
Rodgers ha sorprendido a especialistas médicos que auguraban que su año dentro del emparrillado había terminado tan pronto como la Semana 1. La noticia de Rodgers llega en una semana en la que un equipo también está protagonizando una redención que rompe la normalidad.
Los Broncos de Denver dejaron atrás un vergonzoso inicio de tres derrotas en fila, que incluyó una histórica paliza propinada por los Dolphins(70-21), para convertirse en el equipo más caliente de la Conferencia Americana al ligar cinco victorias en fila. El conjunto del coach Sean Payton está creando un rebote histórico. Denver busca unirse a un pequeño grupo de equipos que abrieron temporadas 0-3 y se clasificaron para los playoffs. Los Broncos darían un gran paso con una victoria en Houston.
Liderados por el coordinador defensivo Vance Joseph, los Broncos tienen la oportunidad de lograr la mayor mejora durante la temporada de cualquier equipo en la historia de la liga con respecto a los puntos permitidos.
Después de aceptar 36,2 puntos en los primeros cinco partidos de la temporada, los Broncos han cambiado su rostro y permitido sólo 16,5 por juego desde entonces, una diferencia de 19,7 puntos.
Durante el primer mes, los Broncos fueron considerados la mayor decepción, ahora han callado a las voces críticas.