El presidente de Estados Unidos, el republicano Donald Trump, y su rival demócrata, Joe Biden, se lanzarán a la batalla en los estados clave del Medio Oeste, donde la pandemia del coronavirus ha resurgido con fuerza, a las puertas del último fin de semana antes de las elecciones del 3 de noviembre.
Trump tiene previsto hacer campaña el viernes en Michigan, Wisconsin y Minnesota, mientras que Biden tiene previsto hacer paradas también en Wisconsin y Minnesota, así como en Iowa.
Michigan y Wisconsin fueron dos de los tres estados históricamente industriales y con un fuerte arraigo demócrata que, junto con Pensilvania, apostaron por Trump por un escaso margen en los comicios de 2016, dándole una victoria inesperada.
Minnesota, que no ha votado por un candidato presidencial republicano desde 1972, es uno de los pocos estados demócratas que Trump está tratando de conquistar este año.
El mandatario marcha por detrás de Biden de manera constante en las encuestas a nivel nacional desde hace meses debido a la desaprobación generalizada de su gestión de la pandemia de coronavirus. Sin embargo, los sondeos en los estados más cruciales muestran una carrera está más reñida.
La pandemia, así como un extraordinario nivel de entusiasmo, ha hecho que un número sin precedentes de estadounidenses vote de forma anticipada. Ya se han emitido más de 80 millones de votos por correo o en persona, muy por encima de la mitad del total de sufragios de 2016, según el Proyecto de Elecciones en Estados Unidos de la Universidad de Florida.
La gran cantidad de votos por correo hace probable que el ganador en varios estados, incluidos territorios “pendulares” como Pensilvania y Wisconsin, no esté claro el mismo martes por la noche, y las autoridades electorales esperan que el recuento tarde días.
Trump ha afirmado repetidas veces y sin pruebas que las papeletas de voto por correo son susceptibles de fraude. Más recientemente ha argumentado que sólo deben contarse los resultados disponibles en la noche de las elecciones.
Los datos del voto anticipado muestran que son muchos más demócratas los que han votado por correo, mientras que se espera que los republicanos acudan en un mayor número el mismo martes.
Esto significa que los resultados preliminares de estados como Pensilvania, que no empezarán a contar el voto por correo hasta el día de los comicios, podrían mostrar a Trump en cabeza antes de sumar más sufragios demócratas, un fenómeno que algunos han llamado el “espejismo rojo” y el “cambio azul”.
CHOQUE POR LA PANDEMIA
Los últimos días de campaña han seguido dominados por la pandemia, que ha acabado con la vida de unas 229 mil personas en Estados Unidos y ha golpeado a la economía.
Tras recuperarse del COVID-19, Trump ha mantenido un ritmo frenético de hasta tres mítines diarios con miles de asistentes pese a la preocupación por la propagación del virus. Biden ha celebrado actos más pequeños, incluidos algunos en los que sus seguidores se quedaron dentro de sus autos por seguridad.
El hijo mayor del presidente intentó minimizar la crisis, afirmando el jueves en Fox News que la pandemia “es casi nada”, el mismo día en que murieron más de mil personas por COVID-19 en Estados Unidos y hubo un récord diario de más de 91 mil casos.
“El número es casi nada porque hemos tomado el control de esta cosa. Entendemos cómo funciona. Tienen las terapias para lidiar con esto”, dijo Donald Trump Jr. en el programa de Laura Ingraham.
Biden criticó con fuerza el enfoque de Trump sobre el virus: “Donald Trump está ondeando la bandera blanca, ha abandonado a nuestras familias y se ha rendido ante el virus”, dijo el jueves en Tampa, Florida.
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