La pandemia de covid-19 impactará en el acceso de las mujeres a métodos de planificación familiar, lo que podría implicar un “catastrófico” aumento de embarazos no planeados y el nacimiento de una generación sumamente vulnerable.
Gabriela Rivera, Oficial Nacional de Salud Sexual y Reproductiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en México, dijo que se estima que 869 mil 880 mexicanas dejarán de usar métodos anticonceptivos como consecuencia de la pandemia.
A nivel mundial, el UNFPA prevé que la reducción en el uso de anticonceptivos podría tener graves consecuencias para las mujeres, desde 325 mil embarazos no planeados, correspondiente a interrupciones mínimas durante tres meses, hasta la extraordinaria cifra de 15 millones de embarazos no planeados si se producen interrupciones graves durante un periodo de 12 meses.
La interrupción en las cadenas de suministro, la reducción de los servicios de consejería y el propio miedo de las mujeres a acudir en busca de métodos de planificación familiar explica el hecho de que las mujeres suspendan el uso de anticonceptivos.
“Esto da por consecuencia el riesgo de muchos embarazados no planificados, no deseados, a veces en condiciones de riesgo, con personas que tienen algunos factores como presión alta, diabetes, obesidad, en fin, que dejan de utilizar el método anticonceptivo y que quedan embarazadas con la dificultad o la limitación de acudir a sus consultas prenatales, lo que va aumentar todavía más los riesgos a la salud”, explicó Rivera.
Al respecto, Eduardo González Quintanilla, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM, advirtió: “Un nacimiento de un niño no deseado impacta en muchos sentidos, no sólo en la vida de ese niño o en la vida de esa familia, sino dependiendo del número, tiene impacto en lo económico, en la salud general, en el maltrato hacia las mujeres, la violencia y al final de cuentas un impacto en el empobrecimiento de la sociedad.
Avenir Health calculó que el impacto de la interrupción de métodos anticonceptivos en el mundo podría ir desde 5% a 40% en el sector público, con los métodos inyectables como los más afectados por las interrupciones, que otros a corto plazo.
Sin estrategias de mitigación, de acuerdo con un reporte de el UNFPA, en función del grado de interrupción que experimenten los servicios de salud y la duración de las interrupciones, se prevé que entre 13 millones y 51 millones de mujeres que utilizarían anticonceptivos modernos no podrán hacerlo.
“Hay interrupciones en las cadenas de suministro, se están encareciendo los vuelos para importar insumos, entre ellos anticonceptivos, en algunos casos se afectaron las cadenas de producción y otra cuestión es que algunas mujeres interrumpen el uso de los métodos por dejar de ir a estos servicios por temor”, expuso Gabriela Rivera, del UNFPA.
Los expertos consultados coincidieron en que la planificación familiar es un derecho humano que salva vidas y promueve la salud de la población.
Excélsior