La Asociación Nacional de Directores de Funerarias, que agrupa a 140 socios en el país, denunció que el problema de los «coyotes» que encarecen los servicios funerarios no llegó con la pandemia de COVID-19, siempre ha existido.
Roberto García, vicepresidente de la Asociación Nacional de Directores de Funerarias, explicó a Notimex que “el problema de los´coyotes´o intermediarios ya tiene mucho tiempo, generalmente se instalan afuera de los hospitales en una mesita para ofrecer servicios funerarios, sin respetar los precios pactados”.
“Desafortunadamente como no tienen instalaciones, no están apegados a la legalidad, ni a llenar un contrato ante Profeco, que esté reglamentado”, recalcó.
“Generalmente fuera de los hospitales es donde se da esta situación. Ofrecen como tal todos los servicios funerarios, como si fueran cualquier agencia funeraria, nada más que muchas veces ellos no respetan los costos o los van incrementando, conforme van realizando el proceso del servicio funerario”, detalló.
“Nosotros nos enteramos por gente que nos comenta, que ellos al principio ofrecen precios bajos, y conforme va pasando el proceso del servicio, pues empiezan a cobrar cosas que ellos argumentan que no habían considerado y empiezan a aumentar el costo de los
servicios”, añadió.
Roberto García afirmó que los socios de la agrupación que representa “no hemos aumentado precios por la pandemia; de hecho, Profeco nos supervisó hace tres semanas y nos pidió que enviáramos nuestros catálogos de precios desde enero a la fecha, precisamente para verificar que no se hayan incrementado los precios”.
“Nuestros costos han aumentado, pero por lo menos nuestros asociados han hecho un acuerdo de no incrementar los precios al público; realmente nosotros estamos absorbiendo esa parte de incremento en nuestros costos de prestación de servicios, debido a la adquisición de equipos de protección personal”, respondió.
La mayoría de servicios se elevan de manera natural al principio de año, por los incrementos que tienen los insumos y servicios, así como en sueldos. Entonces, normalmente a inicios de año se ajustan y se tiene la obligación de presentar a Profeco el catálogo de precios y servicios, eso sí está reglamentado.
«Cada quien está en libertad de hacerlo, pero yo he escuchado que algunas personas incrementan sus precios en concordancia con la tasa de inflación en un 4% o 5%», explicó.
El representante empresarial expuso que las funerarias no están colapsadas, en cualquiera que se pida el servicio se los van a otorgar sin ningún problema en la mayoría de los casos.
Reconoció que en los hornos crematorios sí había un poco de saturación. En la Ciudad de México estábamos identificando tiempos de espera para una cremación de entre de 24 horas y 36 horas, poco a poco han bajado y cada vez se acercan más a 24 horas.
Aproximadamente hay 40 crematorios en toda la ciudad de Ciudad de México y, de ellos, casi el 50 por ciento son públicos y la otra mitad privados. Esa es la cantidad de crematorios que tenemos, sin considerar los de la zona conurbada, los cuales son difíciles de cuantificar, ya que hay más de 50 municipios.
En algunos crematorios públicos el servicio está siendo gratuito, por lo que están más saturados, ya que no es tanto que la gente busque no pagar, sino que sí creemos que no tienen los recursos.
Refirió que los socios tienen algunas precauciones. “Como tal todos los casos que presentan alguna defunción por enfermedad de causas respiratorias los estamos tratando como COVID-19 para prevenir algún riesgo en nuestros colaboradores”, respondió.
Fuente: Excélsior