martes, abril 30, 2024
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Aretha Franklin la reina del soul, inmortal

Aretha Franklin, la Reina del Soul que exigió Respect con su poderosa voz, esa que cuidaba como un tesoro, y que se erigió en una de las voces más imponentes y carismáticas del siglo XX, falleció a los 76 años en su casa de Detroit, Michigan.

La intérprete de temas eternos como Think o Chain of Fools, retirada de los escenarios desde 2017, murió rodeada por sus seres queridos tras varios días de cuidados paliativos debido al cáncer de páncreas que sufría, indicó su representante Gwendolyn Quinn.

En días recientes, medios locales informaron que Franklin, con una salud muy deteriorada, estaba en su residencia esperando la muerte. Aunque por mucho tiempo circularon informaciones sobre su cáncer, siempre fue muy discreta sobre su salud y no confirmó los rumores, como tampoco lo hizo su círculo cercano.

“En uno de los momentos más oscuros de nuestras vidas, no somos capaces de encontrar las palabras apropiadas para expresar el dolor de nuestro corazón”, expresó su familia en un comunicado.

“Hemos perdido a la matriarca y roca de nuestra familia. El amor que tuvo por sus hijos, nietos, sobrinas, sobrinos y primos no encontró límites”, añadieron sus parientes, quienes no detallaron cuándo y dónde se celebrará el funeral.

Los detalles sobre éste serán anunciados a inicios de la próxima semana, dijo Gwendolyn Quinn, según usatoday.com. Múltiples eventos se realizarán en Detroit, añadió Quinn. Los arreglos son realizados por Swanson Funeral Home de Detroit, añadió el sitio.

Icono incomparable del soul más apasionado, referencia ineludible para  diversas solistas y emblema de las reivindicaciones feministas y raciales, su fallecimiento fue recibido con gran tristeza por celebridades y figuras de todo tipo.

Ya lo dijo el reverendo Al Sharpton en 2008, cuando la Fundación MusiCares le entregó a la diva el premio honorífico Persona del Año de los Grammy, meses antes de la elección de Barack Obama como presidente de EU: “Podemos debatir sobre quién será el presidente, pero no hay debate sobre quién es la reina”.

De la iglesia bautista en la que su padre era predicador hasta los corredores abovedados del Capitolio estadunidense, Aretha actuó ante feligreses y presidentes, y dejó su marca en melómanos de todo el mundo por décadas, gracias a sus impresionantes actuaciones, y así lo certifican sus más de 40 álbumes y haber sido proclamada por la revista Rolling Stone como la Mejor Cantante de la historia.

Su reinado inspiró a solistas que abrevaron de su obra y legado, como Whitney Houston, Mariah Carey o Beyoncé. Colegas  como Paul McCartney, Diana Ross, Elton John, Barbra Streisand, Christina Aguilera y Carole King lloraron en las redes sociales su pérdida.

Ganadora de 18 Grammy, con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood desde 1979 y con el logro de haber sido la primera mujer admitida en el Salón de la Fama del Rock and Roll, la muerte de Franklin supone la desaparición de un mito del soul a la altura, si no por encima, de otros genios del género, como Sam Cooke, Otis Redding o James Brown.

“Ha adoptado muchos roles: la cantante góspel devota, la sirena sensual del R&B, el fenómeno híbrido del pop, la dama del soul, y los dominó a todos”, señala el Salón de la Fama en su biografía.

La ceremonia, sin embargo, fue un asunto de hombres: Franklin no se presentó y Keith Richards pronunció el discurso de su incorporación. El hermano de Franklin, Cecil, un ministro, aceptó el honor en su nombre e hizo un bailecito de victoria improvisado con Richards.

Aretha Franklin fue una de las figuras clave en el éxito del soul en los años 60, un género que supo reciclar la ardiente pasión y la fogosa intensidad del góspel de las iglesias negras para llevarlas a las calles y adaptarlas a temas profanos y reivindicaciones sociales.

Además, Franklin tuvo decenas de canciones que alcanzaron el codiciado Top 40, según el Salón de la Fama del Rock and Roll.

Con el movimiento por los derechos civiles como telón de fondo, la vocalista, que había pasado sin mayor gloria por la discográfica Columbia Records, encontró en Atlantic Records y en la engrasada banda de los estudios Fame los ingredientes ideales para aderezar su poderosa y tremendamente expresiva voz. Su versión feminista de Respect, de Otis Redding (1967) fue probablemente la cúspide de una carrera en la que grabó otros temas imperecederos como (You Make Me Feel Like) A Natural WomanI Say a Little PrayerChain of FoolsThinkI Never Loved a Man the Way I Love YouSpanish Harlem y Day Dreaming, a lo largo de una carrera en la que no hubo estilo que se le resistiera, puesto que también abordó el jazz, el rock y el blues.

“Si una canción es sobre algo que viví o que me podría haber pasado, es bueno. Pero si me es extraño, no podría agregarle nada. Porque el soul es eso, vivir y simplemente tener que arreglárselas”, dijo a la revista Time, para un artículo de portada de 1968 sobre su éxito.

Además, cuidaba su voz sin revelar jamás detalles al respecto. “Es un secreto empresarial”, dijo en cierta ocasión.

Capaz de navegar sobre las aguas de otros estilos como el jazz, el R&B e incluso la ópera (todavía se recuerda su interpretación del aria Nessun Dorma, de Turandot, en los Grammy de 1998), el genio de Franklin también llegó al cine con una memorable interpretación de Think en la comedia The Blues Brothers (Los Hermanos Caradura, 1980).

Comenzó cantando en Detroit, donde creció, en la iglesia de su padre, el reverendo C.L. Franklin, y realizó sus primeras grabaciones de góspel con 14 años, a través de la discográfica Checker Records,  junto a sus hermanas, mientras aprendía a tocar el piano de oído. En esa época tuvo a sus dos primeros hijos, Clarence y Edward.

El padre de Franklin, casado por entonces con Barbara Siggers, era conocido como La voz del millón de dólares por sus sermones y contaba con Martin Luther King entre sus amigos más cercanos.

Tras rechazar las ofertas de Motown y de RCA Label, Aretha Franklin firmó con Columbia Records y se mudó a Nueva York. Allí grabó su primer sencillo, Today I Sing the Blues.

Pero fue con Atlantic Records donde halló su verdadera identidad y empezó a saborear las mieles del éxito. En 1967 versionó Respect, de Otis Redding, lo que  la llevó al número uno de ventas en EU.

Con el engrasado acompañamiento del grupo The Muscle Shoals Sound Rhythm Section en el estudio, Franklin llevó la intensidad y la pasión del góspel a temas y espacios profanos como las reivindicaciones feministas o raciales.

Se casó en dos ocasiones, con Ted White —con quien tuvo otro hijo, Ted White Jr.— y con el actor Glynn Turman. Tuvo un cuarto hijo durante una relación anterior con Ken Cunningham.

En febrero de 2017 anunció su retirada de los escenarios y aprovechó esa ocasión para asegurar que grabaría un último álbum con Stevie Wonder. Ese disco, sin embargo, no ha llegado a ver la luz.

Su última actuación en público fue en noviembre del año pasado, en un concierto en Nueva York de la Fundación Elton John para la lucha contra el sida.

“Me siento muy, muy enriquecida y satisfecha con respecto al origen de mi carrera, y donde está ahora”, afirmó en aquel entonces.

La artista publicó en 1998 su autobiografía bajo el título Aretha: From These Roots(Aretha Franklin: de estas raíces).

Esas raíces de las que brotó la voz de Franklin, “un tesoro natural”, como declaró en 1985 el exgobernador de Michigan James Blanchard.

 

Fuente: Excélsior

Foto: Especial

 

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