El 19 de enero cumplirá un año de haber sido extraditado Joaquín ‘El chapo’ Guzmán Loera del Cefereso número 9 en Ciudad Juárez a una prisión en Nueva York, durante este periodo no ha recibido sentencia por los múltiples crímenes que se le imputan en ese estado estadounidense.
La situación del capo sinaloense es llevada por su abogado Eduardo Balarezo, quien tiene un seguimiento del estado físico y psicológico de su cliente.
En entrevista para El País, Balarezo habló de la más reciente visita con Guzmán Loera.
«El Chapo, de 63 años, está mal, no está incapacitado, pero está perdiendo la memoria y está poniéndose paranoico. Repite mucho las cosas y se le olvida todo enseguida. A veces hablamos algo y a los 15 minutos se le ha olvidado. Eso afecta a la manera de trabajar porque tenemos un cliente que no sabe decir si paso algo, cómo fue o cuándo pasó», dio a conocer Balarezo al medio español.
El abogado se ha enfocado en revisar los casi 300 mil folios y videos que inculpan a Guzmán Loera para dar puntual seguimiento al caso de su cliente.
Se nota que es una persona lista, no tiene educación formal, pero es inteligente, aunque no sé si brillante. Tiene buen humor y a veces nos reímos».
LAS CONDICIONES DE SUS ENCUENTROS
La sala donde se puede reunir el abogado y el procesado tiene condiciones que no son las ideales para trabajar sobre su caso, por lo que han pedido que este juicio programado para abril sea prorrogado hasta septiembre.
«Estamos dos personas apretadas en una sala de 1’5 x 1’5 metros, no hay una mesa para poner documentos, escribir o poner la computadora. Es ridículo. Tengo que tener la tableta en las piernas para poder anotar algo y verlo por una reja y una ventanilla. Intentamos hablar bien bajo para que no escuchen todo los policías».
Está perdiendo la memoria y está poniéndose paranoico. Repite mucho las cosas y se le olvida todo enseguida.
Este abogado ha estado al frente de casos de narcotraficantes como Alfredo Beltrán Leyva y Zhenli Ye Gon.
La investigación se ve limitada para la tarea de la defensa, puesto que no puede buscar a sus fuentes o mensajes a terceros, ya que el proceso le prohíbe hacerlo por la naturaleza del inculpado.
«En el mes de diciembre las dos hijas de El Chapo Guzmán, de seis años, fueron a ver su padre. En mitad de la conversación les dijo: «Salúdame a tu mama de mi parte». En ese momento se detuvo la conversación y los guardias le recordaron que tienen prohibido pasar mensajes a nadie en el exterior» dijo Balarezo en su entrevista con El País.
Pese a ser un juicio que prácticamente es imposible de ganar, Balarezo, trabaja con las evidencias y los recursos con los que puede contar, aunque podría ser que sus honorarios no los cobre ya que ese capital podría provenir del crimen organizado, por lo que el gobierno de Estados Unidos impediría su pago.
Fuente: Excélsior
