Inicia el mes de noviembre y con ello los festejos a nuestros seres queridos que se nos adelantaron en el camino. Fechas que están llenas de melancolía, en las que algunos festejan y otros recuerdan con tristeza a sus difuntos.
Desde varios metros antes de llegar a la entrada principal del Panteón Municipal de Querétaro, ya se podían encontrar los puestos de flores y ofrendas para llevar a quienes se apreció en vida. El cempasúchil desprendiendo su característico aroma, dan cuenta de que es un día especial.
Al entrar se da uno cuenta de cuan diferente se ve el lugar, más limpio, más colorido, irónicamente con más vida.
No falta quien se ofrezca a acarrear agua, limpiar las tumbas o darle una repintada a las cruces y claro, no podían faltar los músicos y sus canciones, aquellas que eran las preferidas de ese ser querido, o que simplemente alegran la fecha.
Aunque aún no se encuentra completamente lleno el lugar, las familias que se dieron cita desde temprano vigilan celosamente a sus enterrados.
Mariana Zamora, quien hace dos años perdió a su pequeño, ha adornado con juguetes, flores y mucho colorido el lugar a la espera de que ese angelito pueda bajar del cielo, como dice la tradición, para que vea todo el cariño con el que es recordado.
“En casa también ponemos la ofrenda, el altar, igual con cosas que representen a mi bebé que falleció, su ropita, lechita, cositas que lo representen”, compartió.
Algunas personas están frente a los restos de esas personas especiales y puede notarse que aún le hiere recordarlos. Para otros esta no es una fecha triste, sino una oportunidad más de estar con la familia que aún vive y festejar a los que ya se fueron.
Es el caso de la familia Rayas, que se reúne para homenajear a Don Filiberto Rayas González, el patriarca de la familia, que se ha extendido a casi 100 miembros, y quienes año con año se dan cita para hacer toda una fiesta al hombre que les dio tanto en vida.
“Les platicamos a los más chiquitos como era mi papá, todo lo que recibimos de él, sobre todo el ejemplo de un hombre muy trabajador y responsable y como supo guiar a su familia para hacer de nosotros lo que hoy somos”, dijo Guillermina Rayas, quien junto con sus 15 hermanos visitan a su padre desde hace nueve años.
Sin duda el día de muertos es una tradición muy especial que no se debe perder, sobre todo cuando se trata de aquellas personas que tanto quisimos.
“No nos olvidemos de nuestros difuntos, no los dejemos solos, recordémoslos como parte importante de nuestras viadas”, expresó Mariana Zamora.
Mientras que la señora Guillermina recordó que, como parte del ciclo de la vida, todos en algún momento estaremos en este mismo lugar.
“Estos seres que nos dieron tanto en vida, yo creo que también merecen un día, y no olvidarnos de eso, no olvidarnos de que como me ves me vi y como me ves te verás”.
Por: Anna Ledezma
