El aroma a mantequilla, la mezcla de harina, leche, huevo, azúcar y el calor de los hornos son características inconfundibles de una panadería, estos lugares deleitan los sentidos de toda persona y reviven recuerdos de toda la vida.
Panificadora “La Moderna” abrió sus puertas en 1967, desde hace 50 años ha puesto pan de dulce y sal en las mesas de miles de hogares queretanos, este negocio familiar es dirigido desde sus inicios por el señor Salvador Torres Zúñiga, quien comenta con orgullo que la calidad de sus productos le han permitido continuar en el mercado.
“Nosotros empezamos desde las dos de la mañana, todos los días, todos los días, y abrimos al público a las 6 de la mañana. Ya la venta al público hay algunas personas que están esperando para llevarse su pan temprano calientito y los choferes llegan a las 6 de la mañana a cargar sus pedidos, sus camionetas y pues se van a repartir”.
Don Salvador comenta que en la panificadora laboran 16 personas, la jornada inicia a las 2:00 de la mañana, a las 6:00 abren las puertas al público y a esa misma hora inicia la repartición de los pedidos en tienditas, escuelas y restaurantes.
Pese a que centros comerciales y tiendas de conveniencia han comenzado a acaparar este mercado, el sabor del pan tradicional de esta panadería sigue vigente entre las generaciones.
“Aunque no vivan por aquí cerca, cuando tienen la posibilidad por aquí, vienen e inclusive me lo dicen: a mí me traía mi papá cuando yo tenía 10 años y me enseñó a comer este pan y uhhh ¡qué rico! He estado ya fuera de este perímetro pero cuando puedo, paso por él. Y aquí seguimos todavía, gracias a Dios”.
El cuernito y la orejita son de los panes preferidos; sin embargo la variedad de piezas y sabores permiten atraer a todo tipo de clientes: niños, jóvenes y adultos. Don Salvador expresa que hay panes para todos los gustos.
“El pan de canela, el pan de manteca, los polvorones, las campechanas, las apasteladas, los panes, unas que se llaman tostadas, huaraches, costras, todo ese pan les gusta a las personas, las conchitas no se diga, las chilindrinas, las novias, todo eso les gusta y todo se vende, todos los hacemos todos los días”.
Refiere que entre septiembre y marzo, temporada de frío, la gente consume un poco más y las ventas llegan a incrementar en 20 por ciento.
“En tiempo de fríos, ahora que ha estado lloviendo, esta temporada mejoraron las ventas y ya empieza la época de frío y esa época de frío lo hace a uno consumir un poco más de pan. Todos los seres humanos de uno por uno, una pieza de pan más para la persona que comía una, ahora se come dos, o en la mañana se come dos, una de dulce y dos bolillos, ahora se come dos bolillos”.
Justo en este periodo hay fechas importantes que motivan a elevar la producción y a dedicar tiempo al tradicional sabor del pan de muerto y de las roscas de reyes.
La calidad, el sabor y la modernidad dan prestigio a esta panificadora; y su nombre, aunque fue elegido de manera repentina, hoy es tan vigente como hace 50 años, así lo afirma Don Salvador.
Por: Iraí Silva