Las estadounidenses Venus y Serena Williams avanzaron a la final del Abierto de Australia.
Serena Williams, número dos de la clasificación mundial y ganadora del torneo en seis ocasiones, abrumó a Mirjana Lucic-Baroni por 6-2 y 6-1 en la segunda semifinal femenina, después de que Venus Williams derrotara a su compatriota CoCo Vandeweghe por 6-7(3), 6-2 y 6-3.
La única persona que se interpone entre Serena Williams, de 35 años, y su récord de 23 títulos del Grand Slam es su hermana Venus Williams, de 36 años, que es la tenista de mayor edad en alcanzar la final del torneo en la era moderna. También es la más mayor en alcanzar la final femenina de un major desde Martina Navratilova, que tenía 37 años y 258 días al llegar a la final de Wimbledon en 1994.
«Me sentí muy bien porque sentí que estaba en mis manos forzar esta final de Williams», dijo Serena Williams. «Lo crean o no, sentía algo de presión sobre eso, pero se sintió muy bien conseguir esa victoria».
La final femenina será la primera entre las hermanas Williams que ve Australia desde 2003, cuando Serena ganó lo que Venus ha descrito como una «battle royale».
Venus Williams vuelve a una final del Grand Slam por primera vez desde Wimbledon en 2009 y es un momento importante para ella, tras su lucha contra una enfermedad que consume su energía desde que se le diagnosticó el síndrome de Sjogren en 2011.
«Todo el mundo tiene su momento de gloria», dijo Venus Williams. «Quizá el mío lleva un tiempo en marcha. Me encantaría alargarlo. No tengo otra cosa que hacer, de modo que vamos a alargarlo».
Tras su victoria sobre Vandeweghe con su cuarto match point, se llevó las manos al rostro casi incrédula, antes de cruzar los brazos sobre su corazón. Después hizo una elegante pirueta sobre la cancha, con una gran sonrisa ante la ovación en pie del público.
La celebración de Serena Williams fue más discreta tras su demoledora victoria en 50 minutos sobre Lucic-Baroni, de 34 años y que jugaba su primera semifinal en un torneo major desde Wimbledon en 1999. Williams dio un cariñoso abrazo a una mujer con la que sólo había jugado dos veces antes, ambas en 1998.
De todos los regresos del torneo, el de Lucic-Baroni a la competición de primer nivel tras sufrir problemas fuera de la cancha fue el que recibió una atención más sentida. Tras el partido, la croata se hizo una foto con su celular en la pista antes de saludar y salir del estadio Rod Laver.
Fuente: Excelsior
Foto: Especial