Yo estoy completamente de acuerdo con que tu peso no es nada más que un número. Pero si te estás subiendo a la báscula para saber si tu dieta o plan de ejercicio está funcionando, es importante que sepas que ese número tal vez no sea un factor importante (y que también hay una forma correcta de hacerlo).
Lo primero que debes saber es que pesarte no es una linda experiencia, y por eso deberías llevarlo a cabo una vez a la semana, después cada 2 y después 1 a vez al mes. Más allá de eso, deberías evitar estas situaciones.
1-El día después de un entrenamiento difícil
El ejercicio complicado puede causar desgarres en los músculos (para fortalcerlos) y los fluidos correrán para iniciar el proceso de recuperación. Esto puede hacer que la báscula ofrezca números completamente diferentes a los que esperabas. Lo mejor es que te esperes mínimo 2 días después de tu sesión de ejercicio para tener los resultados correctos.
2-Después de un vuelo largo
4 o más horas en un avión puede causar desequilibrios en fluidos y electrolitos, resultando en un ligero aumento de peso. Si estás pensando en pesarte después de ese vuelo (por razones extrañas), asegúrate de tomar mucha agua en el avión y evita alcohol y cafeína.
3-Después de comer sushi o sopa
Los alimentos salados agregan kilos en la báscula porque causan retención de líquidos, así que nunca te peses después de haber ido a ese buffet de sushi que tanto te gusta.
4-Una semana antes de tu ciclo menstrual
5 días antes de tu periodo, los cambios hormonales te harán retener más líquidos de lo normal, resultando en una inflamación. Si decides pesarte en esos días, es obvio que la báscula te dará un número incorrecto.
La mejor forma de pesarte es hacerlo en la mañana antes de tomar o bebe cualquier cosa y después de hacer popó. Ahí tendrás el número correcto.
Fuente: Eme de Mujer