Tras la notificación de un grupo de vecinos del centro histórico, sobre un escurrimiento de agua que surge del suelo de sus calles, el colegio de ingenieros civiles de Querétaro ha realizado un análisis sobre las condiciones del subsuelo en el primer cuadro y detalló que existen unos espacios en los que se puede acumular el líquido de las lluvias hasta ser expulsado, explicó el presidente del colegio Pablo Talamantes Contreras.
Recordó que, de acuerdo con los registros históricos, el cauce actual del Río Querétaro que pasa por avenida Universidad fue construido de manera artificial, mientras que las acequias que antiguamente se ocupaban para trabajos de agricultura quedaron sepultadas bajo las casas y edificios, aunque pueden seguir recibiendo escurrimientos.
De acuerdo con estimaciones del colegio estas acequias pueden tardar periodos de hasta dos meses para poderse vaciar cuando reciben exceso de agua pluvial, como el que actualmente se ha visto en el municipio, que ha tenido la temporada de lluvias más activa en sus primeros meses dentro de los últimos 8 años.
Tal amantes Contreras enfatizó que el agua que puedas cubrir de cualquier acequia ubicada en el subsuelo del Centro Histórico no es potable ni para consumo humano, pues aunque se vea en mejores condiciones proviene de zonas llenas de minerales y material no saludable.
No obstante señaló que este líquido sí se está captando de una manera circunstancial, pero que puede ser empleado para tareas como riego o incluso usarse en los procesos de saneamiento que se están aplicando actualmente en el Río Querétaro.
Alan García