En México, uno de cada dos niños y adolescentes sufre algún método de disciplina violenta en sus hogares, de acuerdo con Unicef.
Además, 11% de las madres y padres considera que el castigo físico es necesario para educar a sus hijos, reveló la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022.
Su metodología se basa en prácticas de cuidado, protección, formación y guía armoniosos, tomando en cuenta edades, facultades, características, cualidades, intereses, motivaciones, límites y aspiraciones, sin recurrir a castigos corporales ni tratos humillantes. En alianza con el DIF Nacional y cuatro estatales, Unicef prueba en México el programa Crianza con Conciencia Positiva, basado en el modelo internacional de PLH.
Para Hernández Ambriz, es necesario que la atención a la salud mental se convierta en una norma institucional a un costo asequible, ya que la gente no se atiende al ser un servicio caro y, en los casos en los que se brinda de manera gratuita, no es tan fácil el acceso.
Sólo recuerdo a mi padre pegándome, mi madre gritándome y a ambos demeritando mis logros”: Manuel Ocaranza (55 años). “Yo recuerdo a mi papá comprándome un juguete después de una noche en la que me agarró a cinturonazos”: Lucía Cárdenas (64 años). “Mi mamá me avienta cosas cuando se enoja”: Dorian Cortés (4 años). “Mi papá me dice que no sirvo para nada”: Priscila Hernández (11 años).
Ésos son testimonios que constatan el reporte del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que señala que en México, uno de cada dos niños y adolescentes sufren algún método de disciplina violenta en sus hogares, arrojando a la sociedad, desde hace décadas, a adultos agresivos o con problemas psicosociales.
Además, de acuerdo con la Ensanut 2022, 11% de las madres y padres en México considera que el castigo físico es necesario para educar a sus hijos.
Los patrones de violencia identificados en 55% de los menores de edad son de castigo corporal, violencia psicológica y sexual.
Para Cristina Hernández Ambriz, especialista en psicología clínica, “no hemos entrado a un cambio de cultura respecto del respeto infantil, conocemos los derechos de los niños, pero no hemos asumido un cambio claro, un concepto que defina la falta de respeto de un adulto hacia un niño y, además, el trato con violencia como una forma educativa es bien visto”.
Excelsior