El mes pasado fue el enero más cálido medido hasta ahora en el mundo, anunció el jueves el observatorio europeo Copernicus, que resaltó que se batió el récord establecido hace un año.
A pesar de la llegada de La Niña, que tiene un efecto de enfriamiento, enero de 2025 experimentó un aumento de la temperatura media de 1.75º C respecto al mismo mes desde la época preindustrial.
Este récord coincide con el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el hombre.
Los científicos del clima esperaban que este período excepcional se desvaneciera después de que un evento de El Niño cálido alcanzara su punto máximo en enero de 2024 y las condiciones cambiaran gradualmente a La Niña, que es la fase opuesta.
Pero el calor ha permanecido en niveles récord o casi récord desde entonces, lo que ha provocado un debate entre los científicos sobre qué otros factores podrían estar impulsando el calentamiento hacia el extremo superior de las expectativas.
Se espera que La Niña sea débil y de corta duración.
Según Copernicus, las temperaturas predominantes en partes del Océano Pacífico ecuatorial sugieren «una desaceleración o estancamiento de la transición hacia La Niña«.
Esos efectos podrían desaparecer por completo de aquí a marzo.
Calidez del océano
El mes pasado, Copernicus dijo que las temperaturas globales promedio de 2023 y 2024 superaron los 1.5º C por primera vez.
Esto no representó una ruptura permanente del objetivo de calentamiento a largo plazo de 1.5º C bajo el acuerdo climático de París, pero una señal clara de que el límite estaba siendo puesto a prueba.
Los científicos advierten que cada fracción de grado de calentamiento por encima de 1.5º C aumenta la intensidad y la frecuencia de eventos climáticos extremos como olas de calor, lluvias intensas y sequías.
Según Copernicus, el hielo marino del Ártico en enero alcanzó un mínimo récord mensual, virtualmente empatado con 2018.
En general, no se espera que 2025 siga a 2023 y 2024 en los libros de historia: los científicos predicen que será el tercer año más caluroso hasta ahora.
Copernicus asegura que va a monitorear estrechamente las temperaturas oceánicas durante 2025 en busca de pistas sobre qué dirección tomará el clima.
Los océanos son un regulador climático vital y un sumidero de carbono, y las aguas más frías pueden absorber mayores cantidades de calor de la atmósfera, ayudando a bajar la temperatura del aire.
La masa de agua que cubre dos tercios del planeta también almacena el 90 por ciento del calor excesivo atrapado por la liberación humana de gases de efecto invernadero.
Excelsior