Después de más de cinco años de frenéticos trabajos de reconstrucción, la Catedral de Notre Dame mostró su nuevo aspecto al mundo, con techos altos reconstruidos y una cantería cremosa como nueva que borra los sombríos recuerdos de su devastador incendio en 2019.
Las imágenes transmitidas en vivo de una visita al sitio del presidente francés Emmanuel Macron mostraron el interior de la icónica catedral como podrían haberlo experimentado los fieles en la época medieval, sus amplios y abiertos espacios llenos de luz brillante en un día de invierno fresco y soleado que iluminaba los vibrantes colores de las vidrieras.
Afuera, el monumento sigue siendo un sitio de construcción, con andamios y grúas. Pero el interior renovado —mostrado en todo su esplendor el viernes por primera vez antes que el público pueda volver el 8 de diciembre— resultó ser impresionante.
Los canteros arreglaron los techos arrasados
La nueva cantería ha sido cuidadosamente ensamblada para reparar y llenar las heridas que habían dejado el interior de la catedral expuesto a los elementos.
Delicados ángeles dorados observan desde el centro de uno de los techos reconstruidos, elevándose nuevamente sobre el transepto.
Las paredes de piedra caliza de color crema brillante de la catedral parecen nuevas, limpias no sólo del polvo del incendio sino también de la suciedad que se había acumulado durante siglos.
La catedral atraía a millones de fieles y visitantes anualmente antes del incendio del 15 de abril de 2019, que obligó a cerrarla y convirtió el monumento en el corazón de París en una zona prohibida excepto para artesanos, arquitectos y otros movilizados para la reconstrucción.
Macron entró a través de las gigantescas y detalladamente talladas puertas frontales de la catedral y miró hacia los techos con asombro. Estuvo acompañado por su esposa, Brigitte, el arzobispo de París y otros.
Se desplegaron técnicas nuevas y antiguas
Potentes aspiradoras se utilizaron primero para eliminar el polvo tóxico liberado cuando el incendio derritió los techos de plomo de la catedral.
Luego se rociaron finas capas de látex sobre las superficies y se retiraron unos días después, llevándose la suciedad con ellas. También se utilizaron geles de limpieza en algunas paredes que habían sido pintadas, eliminando muchos años de suciedad acumulada y revelando sus colores brillantes una vez más.
Los carpinteros trabajaron a mano como sus homólogos medievales mientras tallaban vigas gigantes de roble para reconstruir el techo y la aguja que colapsaron como una lanza llameante en el infierno.
Las vigas muestran las marcas del trabajo de los carpinteros, con abolladuras hechas en la madera por sus hachas de mano.
Se talaron unos 2.000 árboles de roble para reconstruir estructuras de techos tan densas e intrincadas que se les apoda “el bosque”.
Es un adelanto antes de la reapertura
La visita de Macron dio inicio a una serie de eventos que marcan la reapertura de la obra maestra gótica del siglo XII.
Macron regresará el 7 de diciembre para pronunciar un discurso y asistir a la consagración del nuevo altar durante una misa solemne al día siguiente.
El gobierno de Macron está aclamando la reconstrucción como un símbolo de unidad nacional y del saber hacer francés.
Con información de AP News.