Luego de llegar 48 horas tarde, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), decidió llevar a una hembra adulta de mono saraguato que resultó electrocutada en Balancán, Tabasco, a la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), «Los Susurros», ubicada en Palenque, Chiapas, donde la solución que encontraron fue amputarle las extremidades.
De acuerdo con un comunicado de la Profepa, al ejemplar de esta especie en peligro de extinción se le cortó toda la mano izquierda y dos dedos de la mano derecha.
Desde hace dos días, el doctor Gilberto Pozo Montuy, director ejecutivo de Conservación de la Biodiversidad del Usumacinta A.C. (COBIUS), hizo un llamado a Profepa Tabasco para que apoyara con el traslado y la atención médica especializada de la hembra de 4.7 kilogramos de peso, que presentaba «heridas profundas en ambas manos con exposición de tendones y huesos, fracturas y quemaduras de tercer grado”.
El experto primatólogo destacó que el ejemplar se encontraba muy activo y con ganas de vivir, al grado que aceptó alimentación asistida por parte de su equipo, que lo mantenía con medicamentos para aminorar el dolor y evitar infecciones.
En su momento, médicos especialistas de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM), advirtieron que el tiempo jugaba un papel muy importante en este caso, ya que era necesario sacar Rayos X a la paciente, para saber cómo estaban las fracturas, con el fin de someterla de inmediato a una cirugía reconstructiva.
Ernesto Zazueta, presidente de la AZCARM, ofreció atender a la hembra de mono saraguato con los mejores especialistas del país, y cubrir los gastos de la posible cirugía y rehabilitación, una vez que la titular de la Profepa, Mariana Boy, diera el aval para poder colaborar en los procedimientos.
Fuentes consultadas por Excélsior, lamentaron este desenlace con la hembra de mono saraguato, ya que la situación en la Profepa no cambia, «no escuchan recomendaciones de los expertos», y terminaron llevándose al ejemplar a una UMA muy pequeña y sin recursos, donde sus dos médicos veterinarios sólo tienen experiencia en ganado y pequeñas especies.
Excelsior