El líder norcoreano, Kim Jong Un, instó a las fuerzas armadas de Corea del Norte a “concentrar todos los esfuerzos” en completar los preparativos para la guerra, en respuesta al aumento de tensiones en la península de Corea.
Durante una conferencia con comandantes e instructores militares, Kim reafirmó su compromiso de fortalecer “sin descanso” las capacidades nucleares de Pyongyang, argumentando que Estados Unidos, Corea del Sur y sus aliados han convertido la región en “el punto más caliente del mundo”, según la agencia estatal KCNA.
Kim subrayó que la misión primordial de las fuerzas armadas norcoreanas es prepararse para la guerra y aseguró que todos los batallones deben estar listos para actuar de inmediato al recibir órdenes. Expresó su desconfianza hacia el bloque militar conformado por Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, al que acusó de representar una creciente amenaza para la paz y la estabilidad en Asia-Pacífico.
Incremento de las capacidades nucleares y alianzas militares
Kim acusó a Estados Unidos de transformar su alianza con Corea del Sur en una “alianza nuclear” y de desplegar equipo militar estratégico en la península mientras realiza entrenamientos con sus aliados, incluidos miembros de la OTAN.
El líder norcoreano advirtió que en caso de emergencia, Washington podría intervenir bajo una coalición militar similar a la OTAN, lo cual, afirmó, traería “consecuencias muy peligrosas” para la región.
Reafirmó su compromiso con una “política irreversible” de fortalecimiento nuclear, describiéndola como una estrategia de “autodefensa” ante las amenazas externas.
Posible riesgo de una tercera guerra mundial
Kim también alertó sobre el riesgo de una tercera guerra mundial, culpando a Estados Unidos y Occidente de escalar conflictos en otras partes del mundo, como Ucrania y Oriente Próximo. Acusó a Washington de prolongar guerras mediante apoyo militar a Ucrania e Israel, lo cual, advirtió, está creando una situación de seguridad global cada vez más inestable.
Finalmente, señaló que la península de Corea es actualmente una de las zonas más propensas a un conflicto armado, mientras las tensiones siguen en aumento debido a ejercicios militares y lanzamientos de misiles balísticos por parte de Corea del Norte, en respuesta a las maniobras de propaganda y fuego real de Corea del Sur y sus aliados. A pesar de que la Guerra de Corea terminó con un armisticio en 1953, ambos países continúan técnicamente en estado de guerra, lo que contribuye al clima de incertidumbre en la región.
El Economista