Israel enfrenta una fuerte condena internacional tras atacar por segundo día consecutivo a los cascos azules de la ONU en Líbano. Dos soldados srilankeses resultaron heridos cerca de la frontera, sumándose a los dos indonesios lesionados en un ataque anterior.
Estos incidentes han generado reacciones de la ONU, Francia y Estados Unidos, quienes expresaron su “profunda preocupación” y calificaron la situación como una violación del derecho humanitario.
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El ejército israelí afirmó haber disparado contra una “amenaza”, mientras que Líbano reportó la muerte de dos soldados en bombardeos en el sur del país. En respuesta, el primer ministro libanés, Nayib Mikati, solicitó al Consejo de Seguridad de la ONU un cese al fuego inmediato entre Israel y Hezbolá. La escalada de violencia ha dejado 1,200 muertos en Líbano desde que Israel intensificó su campaña militar contra Hezbolá en septiembre.
Este aumento de las hostilidades coincide con la celebración de Yom Kipur en Israel, mientras la ONU informa de cerca de 700 mil desplazados internos en Líbano y 400 mil personas que han huido a Siria debido al conflicto.
Información de la mano con Excelsior
