El Talibán de Pakistán negó el lunes estar implicado en un ataque con bomba contra una caravana policial que escoltaba a embajadores extranjeros en el inestable noroeste del país.
Las autoridades dijeron que aún trataban de determinar quién estaba detrás del ataque, en el que murió un agente de policía.
Los embajadores y enviados de alto nivel viajaban el domingo al valle de Swat, un antiguo bastión del Talibán paquistaní, cuando se produjo el ataque en Malam Habba, una de las dos estaciones de esquí del país, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, que limita con Afganistán.
Nadie reclamó la autoría del ataque, aunque Mohammad Khurasani, vocero del Talibán paquistaní, conocido como Tehreek-e-Taliban Pakistan, negó que hubieran detonado la bomba casera que golpeó un vehículo policial que acompañaba a la caravana.
Un agente de policía murió y otros cuatro resultaron heridos en el ataque, lo que provocó una fuerte condena del presidente paquistaní, Asif Ali Zardari, el primer ministro, Shehbaz Sharif, y otros agentes.
Los enviados resultaron ilesos, pero el ataque apuntaba a una brecha de seguridad, según los analistas.
“Desde luego fue una brecha de seguridad porque la ruta del convoy sólo la conocía la policía, y según los reportes la unidad de manejo de explosivos había despejado la ruta”, dijo Abdullah Khan, analista de defensa y director gerente del Pakistan Institute for Conflict and Security Studies, con sede en Islamabad.
“Alguien de dentro (parece haber) filtrado la información sobre los planes de viaje de los embajadores extranjeros a los milicianos”, añadió.
Khan dijo que el ataque indicaba un cambio en la estrategia de los insurgentes, que antes atacaban a las fuerzas de seguridad.
El analista de defensa paquistaní Syed Muhammad Ali dijo que hacía falta más coordinación entre las autoridades federales y la policía en esa clase de visitas de alto nivel al noroeste, donde se ha incrementado la violencia.
Entre las personas que viajaban en la caravana había embajadores y funcionarios de Indonesia, Portugal, Kazajistán, Bosnia y Herzegovina, Zimbabue, Ruanda, Turkmenistán, Vietnam, Irán, Rusia y Tayikistán.
Todos ellos regresaron después a la capital, Islamabad, según el Ministerio paquistaní de Asuntos Exteriores.
En un comunicado, el TTP dijo que no había tenido nada que ver con el ataque. El TTP es un grupo separado pero también un estrecho aliado del Talibán afgano, que tomó el poder de la vecina Afganistán en agosto de 2021 cuando las tropas de Estados Unidos y la OTAN ultimaban su retirada del país tras 20 años de guerra.
Muchos líderes y combatientes del TTP han encontrado santuario e incluso viven abiertamente en Afganistán desde la toma talibán, que también envalentonó al Talibán paquistaní.
La situación ha endurecido las relaciones entre Pakistán y el gobierno del Talibán afgano, que dice que no permite a nadie utilizar su territorio para preparar ataques contra ningún país.
Con información de AP News.