El primer grupo automovilístico europeo, Volkswagen, anunció este lunes una reestructuración de su actividad y dijo que no descarta cierres de fábricas en Alemania para hacer frente a una «situación extremadamente tensa», según un documento interno al que tuvo acceso AFP este lunes.
«Alemania […] pierde cada vez más terreno en términos de competitividad», señala el documento, que también apunta que «no se pueden descartar cierres de fábricas en los sitios de producción de vehículos y de componentes».
En esta nota, Oliver Blume, presidente ejecutivo del grupo, considera que Volkswagen «debe actuar ahora de forma decisiva» pues «la industria automovilística europea se encuentra en una situación muy exigente y grave».
Después de una reunión de la dirección del grupo, los trabajadores han sido informados de que hacen falta «ajustes estructurales» debido a la presión bajo la que se encuentra el fabricante, entre otros motivos por la baja demanda, según adelantaba la prensa local.
Los mercados acogieron favorablemente la noticia, con la cotización de Volkswagen subiendo cerca del 2% este lunes en la Bolsa de Fráncfort, cerrando una subida del 1,5% al final de la sesión.
Volkswagen se está viendo perjudicado por una caída de las ventas, el debilitamiento del sector del automóvil y la creciente competencia de los fabricantes chinos, sobre todo en China, su principal mercado.
Dentro del grupo, de diez marcas, es la emblemática VW la que, desde hace años, se perfila como el eslabón más débil.
El plan de reestructuración podría afectar particularmente a ella. El año pasado, VW ya inició un extenso programa para ahorrar dinero.
«Pero la situación es extremadamente tensa y no se puede resolver con simples medidas de reducción de costes», subraya la dirección de Volkswagen en el documento.
Así, se habría decidido eliminar la garantía que protegía a los trabajadores contra el despido por razones de empresa hasta 2029, ya que los instrumentos como la jubilación anticipada que se venían empleando hasta ahora ya no son suficientes para reducir personal, según informó el semanario ‘Spiegel’.
Por su parte, el sindicato IG Metall denunció, en un comunicado, un plan «irresponsable» que «sacude los cimientos de Volkswagen y amenaza masivamente a los empleos y las plantas» de producción.
Con información de DW.