En las elecciones del pasado 2 de junio, la Ciudad de México generó aproximadamente 160 toneladas de basura electoral, principalmente pendones de propaganda política, según estimaciones del Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM).
Sólo los candidatos a la Jefatura de Gobierno, Clara Brugada y Santiago Taboada, produjeron 12 toneladas de residuos en forma de pendones de PVC, con un total de 48 mil unidades desplegadas.
Erika Estrada Ruiz, consejera electoral del IECM, señaló que la cantidad de propaganda utilizada en la campaña fue desproporcionada y contribuyó a la contaminación visual y al daño al patrimonio urbano.
Además, subrayó que, aunque estos residuos representan una pequeña fracción de los desechos generados diariamente en la ciudad, su impacto ambiental y visual es significativo.
Estrada Ruiz también destacó que la proliferación de quejas sobre la colocación indebida de propaganda se ha convertido en un desafío para las autoridades electorales, desviando la atención de cuestiones más urgentes, como la investigación del uso indebido de recursos públicos y la violencia política.
Propuso la armonización de leyes relacionadas con la propaganda electoral y el uso de materiales más sustentables como parte de las medidas para reducir el impacto ambiental de las campañas políticas.
Información de la mano con Excélsior