Difícil hablar después de haber quedado tan cerca del objetivo. Kevin Berlín y Randal Willers estuvieron a punto de regalarle a México su segunda medalla en los Juegos de París, lamentablemente tres puntos los separaron de poder hacerlo.
¿Por qué no les alcanzó? Circunstancias que se dan en el deporte; el margen en una justa veraniega es mínimo. La diferencia entre los atletas ya a este nivel es muy pequeña, las medallas se definen en los detalles.
Se vuelve a repetir, las cosas ya están hechas. Dimos lo mejor en cada clavado, luchamos hasta el final. El último clavado fue muy bueno, al final lamentablemente no nos alcanzó. Tres puntos que no es nada, pero serán los próximos. Todavía nos falta el individual.
EL BRONCE SE DEFINIÓ HASTA EL FINAL
La batalla con la dupla canadiense fue brutal, todo podía pasar, no había lugar para las dudas, pero el deporte es así. Pasar página es escencial, más ahora que los dos clavadistas mexicanos se dieron cuenta que están para pelear al tú por tú contra todos en estos Juegos.
Estamos hablando que la medalla literalmente se definió en el último clavado, tanto la dupla canadiense como la mexicana hicieron su mejor clavado al final; pequeños detalles o interpretaciones decantaron el bronce para uno o para otro.
Tras una «derrota» el escenario parece no ser el mejor para los atletas mexicanos, pero hay que dimensionar lo que representa. Un cuarto lugar en unos Juegos no cualquier dupla lo tiene. Los mexicanos son la cuarta mejor pareja en clavados sincronizados en el mundo. Sí, no hay medalla, pero el orgullo de todo un país que sabe que lo dieron todo quedará siempre presente.
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