Representantes de México y Estados Unidos están inmersos en audiencias para debatir las bases científicas detrás de las recientes restricciones impuestas por México a las importaciones de maíz transgénico estadounidense.
En febrero de 2023, México promulgó un decreto revisado que prohíbe el uso de maíz transgénico en la masa y las tortillas, mientras que gradualmente elimina su uso en la alimentación animal e industrial.
Aunque el gobierno mexicano aseguró que estas medidas no tendrían impacto comercial, Estados Unidos sigue expresando preocupaciones sobre cómo estas restricciones podrían afectar el comercio bilateral y la innovación en biotecnología.
Las audiencias se están llevando a cabo en la Ciudad de México estos miércoles y jueves como parte de un panel cuya resolución final está programada para noviembre.
La Representación Comercial de la Casa Blanca (USTR) argumenta que México no fundamentó el Decreto Maíz 2023 en una evaluación de riesgos que considerara la evidencia científica relevante ni las normas internacionales pertinentes.
Por su parte, el gobierno mexicano defendió el decreto como una medida para proteger el medio ambiente, la biodiversidad y el patrimonio cultural, además de la identidad de las comunidades indígenas y campesinas.
México afirmó que el decreto considera la evidencia científica sobre riesgos potenciales para la salud, animales y plantas, instruyendo estudios científicos adicionales sobre el consumo de maíz transgénico en productos alimentarios industriales y para animales.
El país también destacó su papel como centro de origen y diversificación del maíz, subrayando la preocupación por la preservación de su riqueza genética desde finales de los años ochenta, cuando se impuso una moratoria de facto sobre los OGMs.
Infomación de la mano con El Economista