Más de 100 mil activistas firmaron una carta en la que pidieron a los panelistas designados para la controversia sobre el maíz transgénico que defiendan los granos nativos de México en su conflicto con Estados Unidos en el marco del tratado entre ambos países y Canadá (T-MEC).
La ‘Campaña Nacional Sin Maíz no hay País‘, creada por la Alianza por la Salud Alimentaria y la Demanda Colectiva Maíz, envió un mensaje a Christian Häberli, Jean E. Kalicki y Hugo Perezcano Díaz, panelistas que decidirán la controversia sobre la prohibición del maíz transgénico estadounidense en México.
El propósito del mensaje, también enviado a representantes de los gobiernos de México y Estados Unidos, es “sensibilizarlos acerca de la importancia que los maíces nativos tienen para la cultura, el medio ambiente, la salud y la alimentación en México”, dijeron las organizaciones en un comunicado.
La misiva se da antes de las audiencias públicas que los panelistas realizarán en Ciudad de México del 26 al 27 de junio, cuando representantes de ambos gobiernos darán sus opiniones de forma oral.
“La carta busca que los panelistas escuchen también la opinión de la sociedad mexicana, así como de sectores de la sociedad estadounidense y canadiense que apoyan la diversidad biocultural y la alimentación sana”, enfatizaron.
En el texto argumentan que no existen análisis de riesgo ni estudios científicos que evalúen el impacto en la salud del consumo de maíz genéticamente modificado en una dieta como la mexicana, en la que cada persona consume, en promedio, once veces más maíz que un estadounidense.
Por ello, dicen que ante la falta de certeza científica, debe aplicarse el principio precautorio y adoptar medidas protectoras para consumidores y ecosistemas.
Recordaron que la investigación científica ha detectado contaminación genética de variedades nativas mexicanas con genes de las variedades modificadas e importadas desde Estados Unidos, lo que pone en riesgo la diversidad biocultural de México y la siembra de maíces en diversas latitudes del mundo.
Además, señalaron, esta contaminación puede afectar a personas de México y el resto del mundo.
Expresaron que es una falacia que la prohibición de este maíz para masa y tortilla afecte las importaciones del grano de Estados Unidos, pues estas importaciones se usan, en su mayoría, “para forraje y usos industriales”.
México ha impulsado la eliminación gradual del polémico glifosato y del maíz transgénico desde 2020, lo que ha derivado en consultas en el T-MEC, aunque el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha reconocido que no hay un herbicida sustituto, por lo que ha postergado su remoción definitiva.
Con información de López-Dóriga