En los últimos cinco años, Argentina, México y Colombia han experimentado un notable incremento en su inventario de oficinas con certificación LEED, con crecimientos del 56%, 52% y 45%, respectivamente. Este distintivo, que premia prácticas sostenibles y beneficiosas para el medio ambiente, se ha convertido en un estándar en el sector inmobiliario de oficinas de primera clase, impulsado por un entorno empresarial cada vez más consciente de la responsabilidad social y ambiental.
Según un análisis de la firma de servicios inmobiliarios JLL, siete países de América Latina cuentan con más de 800 proyectos corporativos certificados LEED. Las cifras específicas de edificios certificados en estos países son:
– Brasil: 239 edificios
– México: 199 edificios
– Uruguay: 11 edificios
– Argentina: 92 edificios
– Perú: 77 edificios
– Colombia: 94 edificios
– Chile: 122 edificios
México se destaca como la segunda nación con más edificios verdes, solo detrás de Brasil. En la Ciudad de México, el punto de inflexión se alcanzó en 2015, cuando los espacios de Clase A con certificación sustentable superaron a los espacios sin este distintivo.
Ruth Corona, jefa de Servicios de Sostenibilidad México de JLL, explicó que el acceso a mejores condiciones financieras y la creciente demanda de espacios con menor impacto ambiental han impulsado la certificación de inmuebles en el país.
“Estimamos que cinco de cada diez compañías en busca de oficinas solicitan un espacio con certificación”, comentó en entrevista para EconoHábitat.
Para evitar el «greenwashing» y asegurar un impacto real en el medio ambiente, Corona destacó la importancia de que los propietarios y desarrolladores elijan el modelo de autenticación adecuado a sus necesidades. Además de LEED, otros marcos populares en América Latina incluyen Living Building Challenge, BOMA Best y EDGE, este último garantizando un ahorro mínimo del 20% en energía, agua y carbono incorporado de los materiales.
Corona enfatizó que, aunque la adopción de certificaciones de edificios verdes es crucial, no es la solución definitiva para alcanzar el cero neto.
“Es un gran paso, pero hay que ir más allá, se deben enverdecer las líneas eléctricas y para eso la labor del gobierno es crucial”, afirmó.
También consideró indispensable la creación de incentivos fiscales para aumentar la participación en proyectos verdes, mencionando que algunos estados mexicanos ya cuentan con políticas de impuestos al carbono.
Desde JLL, la especialista subrayó la importancia de continuar impulsando evaluaciones verdes en edificios para tomar decisiones informadas en futuros proyectos, buscando siempre resultados positivos tanto a nivel nacional como mundial.
Información de la mano con El Economista