El juicio de Donald Trump en Nueva York, donde enfrenta acusaciones de pago para suprimir noticias desfavorables, ha sido escenario de momentos tensos, desde una orden de silencio hasta denuncias airadas por parte del juez a cargo. Sin embargo, estos acontecimientos se desarrollan ante los ojos del mundo, pero no frente al jurado, el cual será el encargado de decidir su destino.
El panel de 12 personas recibe pruebas y testimonios para determinar si Trump es culpable de comprar y enterrar historias desfavorables en un intento ilegal de influir en las elecciones presidenciales de 2016. Sin embargo, su experiencia está cuidadosamente gestionada, ya que no tienen acceso a la totalidad de la información disponible para quienes siguen el juicio diariamente.
Por diseño, el jurado no presencia la entrada ni la salida de Trump de la sala del tribunal, ni participa en discusiones legales sobre las pruebas presentadas. Además, están sujetos a reglas estrictas que prohíben investigar el caso, discutirlo entre ellos o con cualquier otra persona hasta que comiencen las deliberaciones.
Durante el juicio, los abogados han planteado varias disputas legales, incluida la admisión de testimonios incriminatorios, como el de la actriz Stormy Daniels. Aunque el juez ha rechazado algunas solicitudes de los abogados de Trump, también ha emitido decisiones a favor de ellos, como negar la reproducción de una entrevista de Trump en CNN de 1999.
Una vez concluida la presentación de pruebas y declaraciones finales, el jurado recibirá instrucciones del juez sobre cómo proceder con las deliberaciones. Hasta entonces, estarán sujetos a las restricciones impuestas por el tribunal, recordándoles diariamente que eviten discutir el caso y mantener la mente abierta.
Información de la mano con APNEWS