El informe destaca un incremento casi constante en el índice de armas robadas de automóviles, alcanzando su punto máximo durante la pandemia de coronavirus, coincidiendo con un significativo aumento en la compra de armas en Estados Unidos. Los datos del FBI de 337 ciudades en 44 estados respaldan esta tendencia, según el informe proporcionado a The Associated Press.
En varios incidentes, las armas robadas han sido utilizadas en la comisión de crímenes. Por ejemplo, en julio de 2021, un arma sustraída de un automóvil desbloqueado en Riverside, Florida, se empleó para quitarle la vida a una miembro femenina de la Guardia Costera de 27 años mientras intentaba frustrar un intento de robo de automóvil en su vecindario.
Steve Dettelbach, director de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, enfatizó la necesidad de que los estadounidenses aseguren de manera adecuada sus armas de fuego para evitar que caigan en manos de individuos peligrosos. Su agencia ha descubierto vínculos entre armas robadas y la perpetración de delitos violentos, destacando así la importancia de abordar esta preocupante tendencia.
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