La salud mental materna es un tema que a menudo se pasa por alto, a pesar de su importancia en todas las etapas de la maternidad. La Dra. Mayra Cecilia Martínez Mallén, psiquiatra y terapeuta cognitivo conductual del Centro Médico ABC, señala que diversos factores, desde biológicos hasta el estilo de vida, pueden afectarla.
Según el Instituto de Salud para el Bienestar (ISABI) en México, entre el 9 al 14% de las mujeres embarazadas pueden experimentar depresión durante el embarazo, y entre el 6.6 al 24.6% pueden presentarla posparto en diferentes niveles.
La salud mental abarca el bienestar emocional, psicológico y social, permitiendo a la persona manejar las demandas de la vida cotidiana. En el caso de la salud mental materna, se centra en las mujeres que se han convertido en madres y los factores que influyen en este procesos.
Factores
Los factores que pueden afectar la salud mental de las madres incluyen fluctuaciones hormonales, estrés por la responsabilidad de cuidar a los hijos, presión social para cumplir ciertas expectativas, conflictos de pareja, problemas económicos, historial previo de salud mental, y situaciones de vida pasadas o presentes.
Es importante destacar que la experiencia de cada madre es única. Algunas pueden no experimentar problemas de salud mental en ninguna etapa, mientras que otras pueden enfrentar desafíos en diferentes momentos.
Entre los problemas de salud mental materna más comunes se encuentra el «baby blues», que afecta hasta al 85% de las mujeres posparto y suele desaparecer en dos semanas. Sin embargo, si los síntomas persisten más allá de este período y afectan las actividades diarias, puede tratarse de depresión posparto, caracterizada por sentimientos persistentes de tristeza, desinterés y otros síntomas.
Es crucial buscar ayuda especializada si se experimentan síntomas de depresión posparto, ya que puede llevar a ideación suicida. No hay necesidad de sufrir en silencio, y buscar atención adecuada puede ayudar a la madre a disfrutar de la maternidad y apoyar a su familia.
Información de la mano con El Economista