Madonna rompe récord al reunir a de 1.6 millones de espectadores en un histórico concierto gratuito. Este show será recordado como su espectáculo más emblemático, ya que es el que más público ha tenido en su carrera.
La cantante estadounidense, de 65 años, lo dio todo en Río de Janeiro, Brasil, al repasar su carrera de cuatro décadas en un histórico show que hizo vibrar la mítica playa de Copacabana repleta de gente.
Tras la apertura por parte de Bob The Drag Queen, que interpretó “Its A Celebration” vestido de la reina María Antonieta (que fue una alta referencia a la vestimenta utilizada por la Reina del Pop para presentar “Vogue” en los Premios MTV de 1990), los espectadores vieron a las 22:36 horas llegar al escenario de 800 metros a Madonna, quien vistiendo un quimono negro sobre ropas cortas también oscuras y fue ovacionada por sus cientos de miles de admiradores incondicionales,
Así se vivió el icónico concierto de Madonna
“¡Aquí estamos, Río, el lugar más bonito del mundo!”, saludó la diva, que arrancaba lágrimas de emoción en el público. Los espectadores empezaron a disfrutar el momento, por el cual algunos habían esperado desde el viernes, ya que varios fans, llegaron un día antes a reservar su lugar en “la pista de baile más grande del mundo”, durmiendo incluso en la arena de la playa.
Un ejemplo de ello, son Alba y Roxy Rueda, de 48 y 46 años, que viajaron desde Buenos Aires:
“Cuando cumplí nueve años, mi hermana mayor, que falleció el año pasado, me regaló el primer walkman con el cassette de ‘Like a Virgin’. Desde entonces no paramos de escucharla”.
Alba en entrevista a AFP
Una de las interpretaciones que más hicieron vibrar a los asistentes acalorados con 28 grados de temperatura, fue “Nothing Really Matters”, un himno a la resiliencia. Este fue el inicio de un derroche de energía brutal.
“Holiday” le sirvió para recordar sus inicios, cuando llegó con 35 dólares en el bolsillo a Nueva York, pero “con un sueño”.
Mientras Madonna lo daba todo en el escenario, helicópteros de policía, drones y hasta un zepelín surcaban el cielo. Asimismo, decenas de yates y otras embarcaciones disfrutaban en primera fila desde el mar.
Con decenas de cambios de decorado y trajes, espectaculares luces y muchas pantallas gigantes a lo largo de la playa, Madonna dejó constancia de su infinita capacidad de innovar.
Pasó de colegiala de minifalda a católica irreverente con su capa negra mientras luminosas cruces daban vueltas a su alrededor, en “Like a Prayer”, un tema que le costó la excomunión de la Iglesia católica.
En “Live To Tell” rindió un homenaje a víctimas del sida, entre ellos Freddie Mercury y el legendario músico brasileño Cazuza.
La Reina del Pop rindió homenaje a la música brasileña
En su cuarto concierto en Brasil, Madonna agradeció por la acogida a Río, “el lugar más bonito del mundo”, y dedicó varios momentos del show a proclamar su amor por el país. El amor de la reina del pop por Brasil tuvo su momento, primero, con Anitta, la reina del funk, el género salido de las favelas cariocas. Ambas compartieron un número como jurados de un desfile de bailarines en “Vogue”, entre ellos Estere, otra de las hijas de Madonna.
No obstante, Anitta no cantó. Sin embargo, sí lo hizo la otra invitada local, la cantante drag Pabllo Vittar, que subió al escenario con un grupo de chicos que tocaban tambores.
Un final épico, con un mix de “Billie Jean”, de Michael Jackson, y “Like a Virgin” pusieron la cereza al pastel, que Madonna colocó exultante, y sudada, casi dos horas y media después del arranque.
¿Por qué Madonna dio un concierto gratuito?
Con el concierto del sábado, Madonna pone fin a la gira de conmemoración de sus 40 años de carrera, “Celebration Tour”, en la que hace un repaso de toda su carrera.
Este show es histórico para Madonna, ya que nunca había cantado para un público tan numeroso. La estadounidense superó la marca de los Rolling Stones en febrero de 2006.
Tras 80 presentaciones en 15 países de Europa y Norteamérica, el concierto en Río cerró con broche de oro The Celebration de una gira que se volvió especialmente significativa, después de que en junio una grave infección bacteriana hiciera temer por la vida de la cantante.
El megaconcierto, cuya producción involucró a miles de personas, costó 60 millones de dólares, 17 de ellos del caché de la artista, según medios locales. Es una apuesta económica de Río de Janeiro, que inyectó 4 millones de dólares de los 12 millones de dólares que cuesta la producción.
La Alcaldía de Río estima que el espectáculo aportará 60 millones de dólares a la economía local, con una ocupación hotelera inusitada para la época y cientos de restaurantes y comerciantes haciendo su temporada extra.
