Durante los últimos seis meses, Israel ha lanzado municiones de fósforo blanco a través de la frontera con el sur de Líbano, desatando preocupaciones sobre el impacto devastador de este gas tóxico, estrictamente regulado por leyes internacionales debido a su peligrosidad para los ojos y los pulmones, así como su capacidad para causar quemaduras graves.
El ejército israelí defiende el uso de esta controvertida arma contra militantes armados tanto en Gaza como en Líbano. Sin embargo, grupos de derechos humanos argumentan que debería investigarse como un crimen de guerra. Estados Unidos ha anunciado planes para investigar el uso de fósforo blanco por parte de Israel en ambas regiones.
Ali Ahmed Abu Samra, un agricultor del sur de Líbano, describe el terror de verse envuelto en una densa nube de humo blanco durante un ataque el 19 de octubre de 2023. Las municiones de fósforo blanco, altamente inflamables y tóxicas, pueden alcanzar temperaturas de hasta 815 °C, causando estragos en quienes entran en contacto con ellas.
Los enfrentamientos a lo largo de la frontera entre Israel y Líbano han aumentado desde el inicio de la guerra en Gaza, con víctimas en ambos lados y miles de personas desplazadas. Hezbolá, estrechamente aliado con Irán y aliado de Hamás, es una fuerza militar formidable y ha estado involucrado en enfrentamientos diarios con las FDI.
Los ataques continúan
Las FDI han empleado tácticas que incluyen el uso de fósforo blanco para proporcionar cobertura y oscurecer la línea de visión del enemigo, una estrategia que, si bien es efectiva, plantea preocupaciones sobre la protección de los civiles durante los conflictos armados. Los residentes como Ali aseguran que en los días de los ataques no había presencia de grupos armados en la zona, cuestionando la justificación de tales acciones.
Información de la mano con BBC News
