Organizaciones sociales argentinas salieron este lunes a las calles para protestar contra el ajuste del gobierno de Javier Milei en una jornada en la que prevén hacer medio millar de cortes en todo el país, incluidos los accesos a Buenos Aires desde las localidades de la provincia homónima -la más poblada de Argentina.
Los principales incidentes se registran en los puentes Pueyrredón y Saavedra.
Una acción común entre las organizaciones de la Unidad Piquetera y la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (Utep) llama a efectuar cortes en rutas y puntos neurálgicos, en contra del protocolo vigente que prohíbe cortar las vías públicas, para reclamar por el «desabastecimiento de los comedores populares», contra «los despidos» y el «crecimiento de la pobreza y la indigencia».
Ayuda alimentaria como detonante
Las organizaciones piqueteras denuncian que el Ejecutivo de Milei cortó la provisión de alimentos a más de 45.000 comedores populares en todo el país, al que acuden familias que no llegan a fin de mes.
Para las organizaciones sociales, «el recorte de las partidas de alimentos para los comedores es implementado en nombre de un ataque a los intermediarios” y «un «ahorro fiscal para garantizar el pago de la deuda externa y los negocios capitalistas».
El Ministerio de Capital Humano -encargado de la distribución de alimentos y el pago de los planes sociales- busca eliminar a los intermediarios en el reparto de comida y tratar de ir reemplazándolo por la entrega de dinero para eliminar la corrupción.
Los intermediarios que busca eliminar el Gobierno de Milei están enrolados en las organizaciones sociales que protestan este lunes.
Una crisis heredada
Argentina atraviesa una crisis económica y social, con una inflación que se situó en el 254,2 % en enero pasado y una pobreza que supera el 40 %, en un contexto en que Milei heredó fuertes desequilibrios macroeconómicos y, para intentar solucionarlos, aplica un fuerte ajuste para lograr el equilibrio fiscal este año.
En estos cien días de gobierno, Milei recompuso las alicaídas reservas brutas del Banco Central y consiguió superávit financiero en enero y febrero, algo inédito desde principios de 2011.
«Hay un ordenamiento», dijo la economista independiente Marina Dal Poggetto en una entrevista televisiva reciente.
«La estabilización está funcionando incluso mejor de lo que uno imaginaba originalmente, pero hay dudas sobre la gobernabilidad».
Esos recortes fiscales, simbolizados en la «motosierra» a la que aludía Milei durante la campaña electoral, han provocado protestas e, incluso, una huelga general en enero.
Para el analista Jorge Arias, de la consultora Polilat y entrevistado por Efe, la gente «se imaginaba del lado del mango de la motosierra» y, con el ajuste de Milei, comprobó «que estaba del lado de los dientes de la motosierra», agrega.
Según el último informe de la consultora D’Alessio IROL Berensztein, el Gobierno de Milei cosecha una aprobación del 43 %, pero la desaprobación aumenta al 52 %; mientras, el estudio Giacobbe & Asociados refleja que el presidente tiene una imagen positiva del 53,6 % y negativa del 42,1 %.
Con información de DW.