El magnate estadunidense Elon Musk inició un proceso legal contra OpenAI, la firma de inteligencia artificial (IA) que ayudó a crear en 2015 y que es matriz del famoso ChatGPT, al acusar a sus líderes de una «traición» a su misión fundacional.
El empresario, que abandonó OpenAI en 2018, argumentó en documentos presentados en un tribunal de San Francisco a última hora del jueves que la compañía siempre fue concebida como una entidad sin fines de lucro.
Pero, en su concepto, los recientes cambios en la junta directiva muestran que OpenAI es ahora en la práctica una subsidiaria del gigante tecnológico Microsoft, lo que es, dijo, un incumplimiento de contrato.
La compañía creadora del sistema operativo «Windows», uno de los principales inversores en OpenAI desde 2019, inyectó miles de millones más en la empresa de IA el año pasado.
De hecho, intervino cuando la junta de OpenAI despidió al director ejecutivo Sam Altman en noviembre pasado, contratándolo y ofreciéndose a alojar a cualquier miembro del personal que no estuviera contento con su despido.
Más tarde, Altman fue readmitido y Microsoft obtuvo un puesto como observador en el consejo de la compañía tras la destitución de los miembros que criticaban a Altman.
Las autoridades antimonopolio de Estados Unidos y Europa también están investigando los vínculos entre ambas empresas.
OpenAI cautivó al público a finales de 2022 con el lanzamiento de su chatbot ChatGPT, capaz de generar redacciones e incluso aprobar exámenes a partir de sencillos comandos escritos, además de desarrollar herramientas pioneras para la generación de imágenes y videos.
Elon Musk sostiene que, desde el momento en que Microsoft se asoció con OpenAI, esta cambió de objetivo y se centró en ganar dinero, lo que choca con su contrato fundacional.
OpenAI se ha transformado en una filial de facto de código cerrado de la mayor empresa tecnológica del mundo: Microsoft”, se lee en la demanda. “Bajo su nuevo consejo de administración, no solo está desarrollando, sino también perfeccionando, una AGI [IA general, la que pueda igualar o superar las capacidades humanas] para maximizar los beneficios de Microsoft, en lugar de hacerlo en beneficio de la humanidad”.
La idea era que OpenAI garantizara que esa tecnología fuera segura para la humanidad.
Pero la demanda legal de Musk afirma que este principio fundacional se ha «puesto patas arriba», acusando a OpenAI de continuar en secreto «hacia un futuro centrado en los beneficios económicos con posibles implicaciones calamitosas para la humanidad».
Musk contra Altman
Fue Musk quien puso a Altman al frente de OpenAI. Aunque esa relación laboral se cortó en 2018, cuando abandonó la organización.
Desde entonces, Altman se ha convertido en la cabeza visible de la revolución de la IA generativa, abanderada en buena medida por su compañía.
El ejecutivo fue despedido de forma fulminante el año pasado de Open AI por la junta de accionistas. Sin embargo, tras las presiones del personal, restituido en el cargo en menos de una semana.
Fuente: Excelsior