Los republicanos en el Congreso y Biden discrepan sobre la ayuda estadounidense a estos dos países.
Los conservadores, bajo influencia del expresidente Donald Trump, quieren liberar a toda costa nuevos fondos para Israel, un aliado histórico de Estados Unidos en guerra contra el movimiento islamista palestino Hamás en la Franja de Gaza.
Joe Biden es consciente de que muchos han dejado de considerar urgente este conflicto. Atrás queda la movilización que despertó justo después de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.
El líder demócrata pide desde octubre que las ayudas para Israel y Ucrania entren en un mismo paquete.
La votación sobre Israel en la Cámara de Representantes era un intento de hacerle ceder. En vano.
«El tiempo apremia» para Ucrania, advirtió este martes Biden en discurso en la Casa Blanca.
«No podemos marcharnos ahora. Esa es la apuesta de (Vladimir) Putin», dijo.
«Apoyar este proyecto de ley es enfrentarse a Putin. Oponerse a este proyecto de ley le hace el juego».
Estados Unidos es, de lejos, el principal apoyo militar de Ucrania. Liberó su último tramo de ayuda militar a finales de diciembre.
Llevan varios meses luchando por desembolsar nuevos fondos, reclamados por Biden y su homólogo ucraniano Volodymyr Zelensky.