Los últimos días antes de que expire 2023 dejan sobre la mesa una cruda realidad en el balompié europeo: el crecimiento exponencial en las lesiones de rupturas de ligamentos en las rodillas se ha convertido en un azote.
Cuando hace un par de semanas el zaguero merengue David Alaba sufrió una lesión en el mediocampo del partido ante Villarreal, sus compañeros, médicos y él mismo esperaban lo peor.
Poco después se confirmó que el austriaco no volvería a jugar esta campaña, pues había sufrido la ruptura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y se sumaba al ramillete que ahora tiene la entidad blanca con las ausencias de Thibaut Courtois y Eder Militao por el mismo motivo.
Alaba engrosó la abultada lista con este padecimiento al convertirse en el cuadragésimo en lo que va de temporada en Europa. A este ritmo, al final del calendario a finales de mayo está lesión habrá marcado un récord con el número de quienes la padecen.
El médico Pedro Ripoll, uno de los principales especialistas en este tipo de lesiones y colaborador de medios de comunicación en España como la Cadena Ser, considera que los cambios de hábitos en la preparación física y el exceso de partidos son probables causas en el auge de este tipo de lesiones.
De acuerdo con registros de las autoridades del futbol europeo, en la temporada de 2021 se presentaron 29 futbolistas con esta severa lesión; en 2022 concluyó el año futbolístico con 30 y en cuatro meses de la actual campaña competitiva ya van 40 con la caída de Alaba.
El riesgo va a ser muy alto y que, de continuar la tendencia que arrastramos desde agosto, podemos llegar a un incremento de entre el 20 y el 30% de las lesiones de cruzado que se produjeron el año pasado”, explicó Ripoll para el portal español Relevo.
Ripoll ha llevado sus reflexiones al hecho de que los equipos cada vez se preocupan menos en realizar una pretemporada en la que el trabajo físico sea su fundamento. Con la expansión de juegos de preparación en diversas sedes como Estados Unidos hacen que las entidades den más prioridad a los ingresos económicos que puedan obtener en lugar de enfocarse en la mejor preparación física para evitar este tipo de lesiones o las rupturas musculares, aunado a que cada vez hay más partidos en los calendarios.
Es un problema verdaderamente importante, porque la suma de minutos que a lo largo de la temporada puede llegar a acumularse es un peligro para la salud del futbolista. Vamos hacia atrás”, explicó Ripoll a través de Relevo.
Antes de Alaba (31 años), el joven Gavi (19 años) había sido el anterior en sufrir esta lesión durante un partido con el combinado español ante Georgia, en el que fue su sexto juego con su combinado nacional esta temporada, en la que ya había las 12 jornadas de liga y las de tres Champions con el Barcelona.
A Gavi le aguarda una recuperación más lenta, pues su ruptura de ligamentos estuvo acompañada con daño de meniscos, por lo que ya está descartado para jugar la próxima Eurocopa de 2025 en Alemania.
El rompimiento de ligamentos está dejando una profunda huella; ya marcó el final de las trayectorias profesionales de David Silva (Real Sociedad) y Jorge Molina (Granada) veteranos que decidieron retirarse al saber de su dura lesión. Para otros como Courtois y Militao el tiempo de recuperación rondará los ocho meses.