Óleos, acuarelas, linotipos o esculturas… Un total de 19 artistas plásticos pusieron a subasta su trabajo con el propósito de poner en primer plano la relevancia del maíz en la cultura mexicana y americana.
La iniciativa, liderada por el proyecto Galería Errante, logró reunir a artistas que, a través de más de 30 obras.
Y se hizo con la finalidad de buscar concientizar a la sociedad sobre la importancia vital de este alimento, poner el arte al alcance de compradores y convertirlo en un agente de cambio.
“Logran a través de las piezas conectar con la sociedad para hacer conciencia de lo importante que es este alimento que para nosotros en México y en América es muy importante”, explicó a Milenio Meria Bulos directora de este proyecto.
Los recursos obtenidos fueron destinados a la organización no gubernamental Centéoti, cuya misión desde 2017 es recuperar el maíz no solo como elemento alimenticio, sino también como símbolo de identidad, apoyando a trabajadores del maíz, incluyendo a grupos de mujeres, hombres y familias de campesinos que preservan las semillas no modificadas genéticamente.
“La subasta -añade Meria- tiene el fin de recaudar fondos para la organización que incluye grupos de mujeres, hombres, familias de campesinos que milenariamente trabajan las semillas que no han sido modificadas genéticamente”.
En esta gala, se contó con material de artistas como Rodrigo Imaz, Carlos Miguel Melgar Juárez, Santiago Robles, o Daniel Rojo Pacheco.
Jimena Schlaepfer, una de las artistas plásticas, destaca su obra «Dios del trueno», un tejido de papel teñido con tinta china que simboliza la conexión del trueno y la lluvia con la fertilidad del suelo necesario para el maíz.
“El tema de esta obra tiene una figura al centro que es el dios del trueno y yo la asocié al tema del maíz, de la subasta, pues el trueno y la lluvia finalmente es el elemento agua el que se nutre la tierra y en el cual no puede haber fertilidad y no podría haber maíz».
Al respecto, otro Jorge Luis Rubí Hernández, otro de los artistas presentes, enfatiza el papel del arte como espacio de reflexión y difusión, considerándolo un documento histórico que permite trascender momentos y perpetuar la identidad de una sociedad.
“La cerámica, la pintura, la escultura, la danza, la música todos tienen arte. No hay sociedad que no lo tenga y que al final de cuentas y si lo piensas desde ahí.
“Es una cosa inherente al ser humano porque es un documento histórico, es un documento que nos permite trascender a ese momento siempre y cuando esté ahí, siempre cuando lo podamos leer, lo podemos interpretar, observar y justo es eso el arte tiene que ser evidentemente un espacio de reflexión y de difusión”, explica .
Con información de Milenio.