La tradición del Altar de Dolores es una muestra de la identidad queretana que debe preservarse entre la población capitalina, cómo una forma de mantener el tejido social sin caer en prácticas de proselitismo religioso, consideró el cronista del Municipio de Querétaro, Eduardo Rabell Urbiola.
Precisó que la tradición de colocar el altar, muy propia de las celebraciones durante Semana Santa, data del siglo XIII en el continente europeo y fue una de las tantas costumbres que llegaron con la colonización española y la evangelización en tierras mexicanas.
Apuntó que Querétaro fue de las ciudades que adoptaron está tradición con mayor firmeza y la ha mantenido a lo largo del tiempo, aunque reconoció que esto puede ser uno de los factores que pueden definir a la capital cómo una urbe de corte conservador.
El cronista enfatizó que el simbolismo del altar ayuda a reafirmar otras actitudes necesarias para una sana convivencia en la comunidad, cómo puede ser la piedad o la reconciliación ante las diferencias.
Este altar se mantendrá desde este viernes 31 de marzo y hasta el domingo 2 de abril en la Delegación Centro Histórico, lo que marca el arranque de todas las festividades de Semana Santa para el disfrute de las familias queretanas.
Por Alan García
