Desde su compra de Twitter, Elon Musk ha hecho de la libertad de expresión una bandera para justificar sus decisiones al frente de la red social.
El pasado lunes, el magnate sudafricano protagonizó dos controversias en las que acusó de censura y represión de la libertad de expresión a dos compañías: Apple y Twitter (antes de que él la comprara)
Sobre Twitter, Musk amenazó con publicar en esta misma red social los archivos que probarían la censura llevada a cabo por esta compañía antes de que fuese adquirida por él.
El anuncio se dio tres horas después de que Elon Musk publicara una encuesta en su cuenta oficial preguntando si Apple debería hacer públicas todas las acciones que ha tomado para censurar. De forma paralela, el hombre más rico del mundo acusó a la compañía fundada por Steve Jobs de retirar sus anuncios de Twitter.
En contraste a las acusaciones de Musk, el director de publicidad de Apple respondió que la compañía detuvo su publicidad en Twitter por dos razones: 1) Falta de engagement, pues la mayoría de sus impresiones vienen de bots, 2) falta de confianza en el nuevo liderazgo de Twitter.
Desde su compra de Twitter, Musk se ha visto envuelto en controversias por la manera en que ve a la libertad de expresión.
Tras la llegada del billonario, las cuentas de Donald Trump y Kanye West han sido reactivadas. El expresidente estadounidense fuera baneado por mentir acerca de un fraude electoral en su contra. A su vez, el rapero Ye fue suspendido por compartir mensajes antisemitas y de odio.
Asimismo, Musk ha sido criticado por interactuar y apoyar cuentas de extrema derecha en Twitter, al igual que comentar positivamente publicaciones transfóbicas. El hombre más rico del mundo también fue reprobado por compartir recientemente una imagen de la pistola que guarda en su escritorio de noche.
